Cerrado el nicho del cadáver de Antoine Pérez, hijo de los pioneros emigrantes fundadores del imperio Pyrènèes andorrano
viernes 29 de enero de 2021, 15:00h
Tras la petición de María Antonia Alonso de que se compruebe por el ADN si su padre es Antoine Pérez, uno de los dos hermanos herederos del imperio empresarial Pyrènèes, en el Principado de Andorra, el juzgado, a petición de la propia familia, ha ordenado el cierre del nicho para que sus restos no puedan ser contaminados.
Hace más de siete años, la supuesta hija natural de Pérez decidió iniciar el pleito para que se demostrara su filiación, ya que, por recuerdos y confesiones de su madre, una bailarina, que fue pareja del empresario andorrano, entendía que ya era hora de que se legalizara su situación.
A través de una guía turística que frecuentaba el Principado localizó a los miembros de la familia. Viajó a Andorra y conoció a Joan Lluis, Patrick y Jacqueline, que recordaban comentarios en la familia sobre la hija de su tío y cuñado Antoine en Barcelona, lo que le llevó a la decisión de buscar un abogado andorrano que iniciara el procedimiento judicial para que se la reconociera como hija de uno de los antiguos herederos del imperio Pyrènèes. Y se encontró con la sorpresa de que ningún bufete de letrados se quería hacer cargo de dicho pleito, dado que se trataba de enfrentarse a una de las familias, quizá la más, influyente del Principado, con más de mil trabajadores y casi la cuarta parte del PIB.
Al final, el abogado Joan Pujol, con el acuerdo de que cobraría como honorarios el 50 por ciento de la partición de la herencia que le correspondiera, aceptó iniciar el pleito. Aunque todos los gastos del procedimiento, unos 30 mil euros, debía pagarlos su clienta María Antonia Alonso, ya que él no estaba dispuesto a arriesgar un céntimo.
En Andorra no hay jurisprudencia sobre la identificación por el ADN, por lo que el juzgado correspondiente lo tiene paralizado, desde hace siete años, esperando que alguien le oriente cómo proceder. Parece que sólo hay un caso anterior que acabó resolviéndose en los tribunales europeos.
De confirmarse que la señora Alonso es la hija de Pérez, se iniciaría un complicado pleito ya que a la viuda de Antoine y a su abogado se les compró sus derechos sobre la herencia, tras seis años de matrimonio. En concreto María Dolores Griful, que durante años había sido la amante de su jefe y conocía los viajes a Barcelona para ver a su hija, recibió unos tres mil millones de pesetas y su abogado, Miguel Ángel Canturri, unos mil ochocientos millones. Dichas cantidades, de confirmarse la paternidad, deberían ser devueltas y que el juzgado resolviera que parte le corresponde realmente a la viuda y a su abogado, ya que los hijos tienen derecho preferente, y la viuda, como los demás miembros de la familia y empleados, conocían la existencia de una hija en Barcelona, no reconocida legalmente.
Se da la circunstancia de que el imperio Pyrènèes comenzó su declive precisamente tras la petición de la viuda de Pérez, María Dolores Griful, una antigua empleada de almacenes Prisunic que contrajo matrimonio con Antonio ya mayor, seis años antes de fallecer, de que se escindiera la empresa para que ella cobrara la mitad del patrimonio. Los administradores no tuvieron más remedio que vender edificios emblemáticos y negociar con el abogado lo que le correspondería. Lo que en principio le correspondía, que se pactó en dos mil millones, al final se liquidó con cuatro mil ochocientos cincuenta millones. Un cheque de tres mil millones a María Dolores Griful y otro cheque de mil ochocientos cincuenta millones para su abogado, Miguel Angel Cannturri.
La sociedad andorrana desconocía la existencia de esta supuesta heredera de la mitad del imperio Pyrènès, al ser la única hija de Antoine Pérez. Fue a raíz de la publicación en el diario digital lavalira.eu que dio la noticia el 27 de diciembre del pasado 2020, tras la publicación del libro El virus andorrano, donde novelaba la relación del empresario con una artista en Barcelona, y de la hija fruto de esa relación.
Información publicada en el periódico digital lavalira.eu: Se destapa la existencia de una heredera desconocida que puede hacer tambalear el imperio Pyrénées
El periodista y escritor Joaquín Abad ha obtenido un gran eco y éxito comercial con la publicación, en los últimos años, de tres libros que tratan sobre varios episodios de la historia de Andorra, en clave novelada: "El Andorrano", "Y la luz llegó a Andorra" y "Andorra Connection". Hace unos días, Joaquín Abad acaba de publicar un nuevo volumen de esta saga: "El virus andorrano", que ya está a la venta en las librerías del Principado y de la Seo de Urgel.
No haremos un "spoiler" de esta trepidante novela de acción, donde Andorra es escenario de una enrevesada conspiración que comienza durante el III Reich, cuando el Principado era un "santuario" de los nazis, y termina en nuestros días, con la pandemia del Covidien-19. Según explica el autor, "El virus andorrano" es "una novela de ficción basada en hechos reales, como son los intentos de establecer un Nuevo Orden Mundial por parte de una mafia de poderosos, pertenecientes a unas familias que han dominado las finanzas internacionales durante siglos. Han puesto y han sacado reyes. Han provocado guerras y se han enriquecido a costa del sufrimiento de una población a la que han esclavizado siempre que han podido".
VIVE EN EL SUR DE FRANCIA
En sus anteriores novelas, Joaquín Abad utiliza a menudo nombres propios de personas, a pesar de ser formalmente relatos de ficción. En "El virus andorrano" emplea la misma técnica literaria, mezclando historias y personajes verídicos con situaciones fruto de la imaginación del autor. Pero hay hechos que se explican en esta última novela que se ajustan perfectamente a la realidad.
Uno de ellos es la existencia de una mujer francesa de origen español, María Antonia Alonso, que es hija natural de Antoine Pérez, el co-fundador, junto con su hermano Georges, del importante grupo empresarial Pyrénées, columna vertebral de la economía del Principado. En conversación con LA VALIRA, Joaquín Abad ha confirmado que, efectivamente, esta heredera, hasta ahora desconocida, del imperio Pyrénées existe y que la ha localizada en una ciudad del sur de Francia, donde ha viajado para entrevistarse personalmente y conocer de primera mano su caso.
El EXHUMACIÓN DEL CADÁVER
María Antonia Alonso (a quien su familia llama Antoinette), a través de varios recuerdos infantiles y de indicios y testimonios que ha ido consiguiendo en los últimos años y que considera sólidos, está convencida de que su padre biológico es Antoine Pérez. Por ello, tiene en marcha en un juzgado de Andorra, desde el año 2015, un procedimiento para que se haga efectivo este reconocimiento, con la exhumación del cadáver del empresario y la extracción de muestras de ADN para proceder a la comparación con las suyas.
Lo explica Joaquín Abad en el libro: "Dada la importancia en el Principado de la familia demandada, los Pérez, los abogados de la plaza se resistían a aceptar el encargo. Sólo uno de ellos, a cambio del 50 por ciento de la herencia que le correspondiera a María Antonia, aceptó representarla. Los gastos del pleito, más de treinta mil euros, corrieron a cargo de la demandante, ya que el abogado andorrano no estaba dispuesta a arriesgar un solo euro en la operación.
Las Pruebas solicitadas siguen durmiendo en algún cajón de la autoridad judicial, que no se atreve a exhumar el cadáver y que se inicie un complicado trámite de repartición de los bienes, precisamente de una de las familias más influyentes de Andorra".
EL 9% DEL PIB
La aparición en escena de esta heredera francesa complica aún más el envenenado culebrones que, desde hace años, protagoniza la familia Pérez, inmersa en sonadas y agrias disputas. Además, el grupo empresarial, que actualmente dirige Patrick Pérez, pasa por una delicada situación financiera y arrastra un fuerte endeudamiento que estrangula su viabilidad.
Los hermanos Antoine y Georges Pérez se instalaron en Andorra al inicio de los años 30 del siglo pasado. Primero, gestionaron el hotel Pirineos y, a partir de ahí, construyeron un emporio que tiene su máxima expresión en el emblemático centro comercial de la avenida Meritxell y en el concesionario de coches ubicado al lado de Aixovall, pero que también abarca otras muchas ramas de actividad (importación, distribución, restauración...). El grupo Pyrénées afirma en su página web que genera el 9% del PIB de Andorra y que tiene 1.300 trabajadores en nómina.
"GUERRA" ENTRE HERMANOS
Antoine se casó, ya de mayor, con Dolores Griful, una empleada de los almacenes Prisunic, y murió en 1980 sin dejar descendencia reconocida. Antoinette Alonso, que reivindica que es hija de este empresario, habría nacido fruto de la relación que mantuvo en los años 40 con su madre, que entonces vivía en Barcelona. Por su parte, Georges Pérez se casó con Jacqueline Pradère y tuvieron tres hijos: Jean-Louis, Patrick y Christian.
Georges Pérez murió en 1974. Tras varias compraventas, conflictos, litigios y complicadas negociaciones, en 2010, Patrick Pérez -con el apoyo decisivo de su madre, Jacqueline Pradère- se quedó con el "core business" del negocio del grupo Pyrénées, incluyendo la parte accionarial del tío Antoine. Su hermano, Christian, también salió muy beneficiado económicamente con el reparto y Jean-Louis ha sido duramente castigado y marginado.
OPERACIÓN PUNT DE TROBADA
El modelo de negocio del grupo Pyrénées, bajo la batuta de Patrick Pérez, hace tiempo que hace aguas y se sabe que está fuertemente endeudado con Crèdit Andorrà. En esta coyuntura de dificultades crecientes, es cuestión de vital trascendencia que la operación del Punt de Trovada le salga bien. Como es público y notorio, la familia Mallol, propietaria de los terrenos donde se ubicaba el popular centro comercial de Sant Julià de Lòria, decidió en 2015 no prorrogar y ejecutar el contrato de alquiler que tenía con la familia Cachafeiro, que había fundado y construido el edificio de Punt de Trobada.
Patrick Pérez y Crèdit Andorrà son los grandes beneficiarios del desahucio de los Cachafeiro, consumado a finales del mes de noviembre. Pero la apuesta es muy fuerte, ya que el precio pactado del alquiler de las instalaciones y del terreno asciende a 2,4 millones de euros anuales, diez veces más de lo que pagaban los Cachafeiro.
DERECHO AL 50%
Es en este contexto tan crítico, agravado por los efectos devastadores de la pandemia en el Principado, que el escritor Joaquín Abad ha destapado en su último libro la existencia de esta heredera oculta del imperio Pyrénées. En principio, si se demuestra la paternidad a través del ADN, Antoinette Alonso, como hija única de Antoine Pérez, tendría derecho a reclamar el 50% del grupo Pyrénées, bien sea en acciones, con propiedades o con dinero.
Según ha podido saber LA VALIRA, Dolores Griful se adjudicó, ya hace años, las acciones del grupo Pyrénées que le correspondían como viuda de Antoine Pérez. Por ello, la demanda que ha interpuesto Antoinette Alonso en el juzgado se dirige también contra ella para recuperar el importe pertinente.