La masacre terrorista en París está provocando rápidos cambios en la política mundial. El presidente Hollande se ha aliado definitivamente con Putin y envía aviones Rafale a bombardear la ciudad siria de Raqa, cuartel general del Estado Islámico. Por primera vez desde la Segunda Guerra Mundial, concretamente desde las reuniones de Yalta y de Potsdam, todos los miembros del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas y otras potencias de segundo orden se han sentado en la mesa del G20 para redibujar el futuro mapa geopolítico del planeta.
Los atentados de París han obligado a enemigos y adversarios a negociar un futuro común. Hasta ahora cada bloque movía sus piezas en función de sus intereses exclusivos: la OTAN, Rusia y su entorno, y los países productores de petróleo junto al emergente grupo de los BRICS intentaban consolidar sus estrategias entrando en conflicto entre sí.
Por primera vez en 70 años las principales potencias mundiales se han puesto de acuerdo en un único objetivo: acabar con el Estado Islámico
Pero esta vez, y después de 70 años, las principales potencias mundiales convergen en torno a un único objetivo: un insignificante, pero terriblemente fanático y sangriento grupo terrorista, ha provocado el cambio.
La reunión del G20 ha sido clave
El Estado Islámico o Daesh, liderado por AbuBakral-Baghdadi, ha logrado alzarse como un peligro mundial no porque hayan fallado los servicios de inteligencia para descabezarle, sino por la falta de voluntad manifiesta de los países que se han sentado en la Cumbre del G20 de Antalya (Turquía) y los intereses de los grupos de poder que representan. Es decir, de las multinacionales del petróleo, de las empresas transnacionales y de los holdings armamentistas.
De hecho, la complicidad con el terrorismo yihadista trasciende todas las fronteras. Putin ha aireado en la reunión del G20 una lista con personas de 40 países que financian al terrorismo, “incluidos algunos de los que se sientan en esta mesa”. La barbarie del llamado Estado Islámico se parece más a un complot y a un ajuste de cuentas planetario, que a la deriva satánica de un movimiento terrorista.
Tras la masacre de París, Hollande ha pasado página y se ha aliado definitivamente con Putin en el conflicto sirio
Francia, en definitiva, ha declarado la guerra a un “Estado” inexistente. La respuesta del presidente François Hollande a los abominables atentados reivindicados por los yihadistasde Al-Baghdadi ha sido enviar a sus bombarderos Rafaleestacionados en los Emiratos Árabes Unidos y en Jordania, para atacar acuartelamientos del Daesh en la ciudad siria de Raqa.
Al-Baghdadi pretende erigir esta ciudad como “capital del Califato”, pero es solo una urbe en la que decenas de miles de ciudadanos están secuestrados por los milicianos yihadistas.
Pocas horas después de que el ex primer Ministro francés François Fillon acusase al Ejecutivo galo de haber cometido “el error estratégico al haber rechazado la intervención rusa en Siria contra los terroristas del Estado Islámico”, y que por el contrario habría sido necesario “aliarse con Moscú”, Hollande ha pasado página definitivamente a su política en el conflicto sirio y anunciado que se sentará con Vladimir Putin y con Barack Obama para “reunir a todos los que pueden luchar en contra del Daesh, en una gran y única coalición internacional”.
Cambio en la geoestrategia mundial
Francia ha reaccionado y envía sus aviones Rafale a bombardear la ciudad siria de Raqa, capital del autoproclamado Califato islámico
Las cancillerías diplomáticas han visto en la reunión del G20 en Turquía y en las declaraciones del Presidente francés, el inicio de un gran cambio en la geoestrategia mundial, quizás el enterramiento definitivo de la “guerra fría”. A pocos días de la Cumbre sobre el cambio climático propiciada por Naciones Unidas en París, es un cambio esperanzador.
Ahora -afirman los servicios antiterroristas europeos, asiáticos, rusos y árabes- hay que unir fuerzas, intercambiar información y descabezar la hidra terrorista. Ya pasó el periodo de los llamados “lobos solitarios”, un concepto hecho a medida para intentar comprender un fenómeno de radicalización que se pretendía minimizar.
El “terrorista solitario”, tal como lo han presentado, se formaba ideológicamente por medio de las doctrinas wahabitas, salafistas o yihadistas, y aprendía el uso de armas y explosivos a través de los diferentes manuales que se encuentran en Internet.
“Quinta columna” en Europa
Los servicios de inteligencia europeos venían advirtiendo de la necesidad de acabar con los yihadistas en sus cuarteles generales, porque si atacan a la población es imposible protegerla
Esta vez, en cambio, los atentados de París han sido obra de profesionales: tanto quienes los han planificado como los suicidas que los han llevado a cabo. Existe un miedo real a la existencia de una “quinta columna” diseminada en toda Europa y Estados Unidos, y que entrará en acción utilizando las modernas redes de comunicación.
Es la primera vez que en Francia se produce una hecatombe de estas características. Las hubo antes en España, el 11 de Marzo de 2004, y en Gran Bretaña, el 5 de Julio de 2005.
Los servicios de inteligencia europeos venían advirtiendo desde hace tiempo que “si los terroristas atacan a la población -como ha sido el caso ahora en París- es ilusorio prever dónde van a golpear y prácticamente imposible proteger a los ciudadanos. La única respuesta posible es destruir sus estructuras, su retaguardia y su financiación”, comentan fuentes de inteligencia a MIL21.