Según las últimas previsiones, 15 millones de personas en Europa podríamos caer en la pobreza. Hoy por hoy es difícil predecir cuál será el impacto a mediano y largo plazo. Sin embargo, está claro que en Europa tendrá que desarrollar soluciones rápidas e innovadoras para proteger a sus poblaciones de los efectos del coronavirus en todos los aspectos: salud, social, económico. En este contexto, ¿qué está sucediendo con los millones de emigrantes en los países receptores de Europa?
Contrariamente a interpretaciones iniciales que señalaban el COVID-19 como “el gran igualador o nivelador’’, la realidad está demostrando que el virus afecta de manera desproporcionada a las poblaciones más vulnerables, entre las que nos encontramos los emigrantes y de manera muy particular a los migrantes en condición irregular. Antes de la llegada del coronavirus, Europa ya estaba atravesando una crisis migratoria.
¿Los migrantes estamos en el ojo del huracán?
Las desigualdades preexistentes en muchos países de Europa a nivel económico, de vivienda y acceso a salud aumentan el riesgo de exposición de los migrantes al virus. Las vulnerabilidades de los migrantes forzados se nos acentúan dramáticamente. Entre los factores que incrementan nuestra situación de vulnerabilidad destacamos…
Los cierres de fronteras representan varios retos:
Aumento de la migración clandestina y del riesgo de tráfico de personas; inmovilización de los migrantes en tránsito que no tienen donde quedarse; paralización de las economías fronterizas de las que dependen cientos de miles de personas; y dificultad de retorno de migrantes que prefieren regresar a su país ante la crisis generada por el COVID-19. Estos retos dificultan los controles de salud y aumentan el riesgo de contagio.
Las medidas de confinamiento doméstico son difíciles de practicar para nosotros los migrantes sin una vivienda fija o que viven condiciones de precariedad, de los migrantes se encuentran en situación de calle; el 40% no tiene acceso a vivienda; informe de UNICEF el 50% no tiene acceso a vivienda aceptable.
Las medidas de prevención son difíciles de practicar por los migrantes sin acceso a productos de aseo ni a agua potable.
Los migrantes irregulares pueden evitar a los centros de salud en caso de tener síntomas por temor a ser deportados.
En esta nueva coyuntura y teniendo en cuenta que aproximadamente 10 millones de europeos residen en otro país de Europa para es de suma importancia que los Emigrantes estén incluidos en los planes nacionales de respuesta a COVID-19 para proteger a todos tanto de los riesgos de salud como de desempleo y exclusión. Para conocer de primera mano cómo están atendiendo la migración los países receptores de flujos repentinos y de gran magnitud en tiempos de COVID-19…
¿Cómo están respondiendo los principales países europeos receptores de migrantes?
Muchos de los países de Europa ya estaban implementando políticas públicas migratorias incluyentes antes de la llegada del COVID-19. No obstante, el nuevo contexto exige nuevas medidas. Países como Portugal, Polonia, han garantizado el acceso de los migrantes a los servicios de salud para tratar el coronavirus tanto por vía ordinaria para los migrantes regulares, como a través de emergencias para los que tienen situación irregular. Sin embargo, ante la saturación de muchos sistemas de salud europeos y en otros países, existe una preocupación real por la capacidad de respuesta de los sistemas de Europa. Por ello, gobiernos como Polonia han seguido la línea de Portugal y otro países europeos, publicando un decreto que permite a profesionales del sector salud con titulaciones en el extranjero ejercer su profesión durante la emergencia.
La digitalización de los servicios migratorios y el sistema de Registro de Información Migratoria están facilitando los trámites a los migrantes, permitiendo por un lado atender las necesidades migratorias sin poner en riesgo de contagio a los migrantes y a los funcionarios; y entregar bonos a familias vulnerables, empleo; coordinación de diferentes niveles gubernamentales de la agenda migratoria; y uso de las nuevas tecnologías para monitorear la migración e implementar políticas más focalizadas.
Estamos navegando la misma tormenta, pero en botes desiguales, y los Emigrantes estamos en el más frágil.
Queridos gobernantes:
Os escribo desde el exilio como miembro de una generación que tuvo que salir del país para ganarse el pan. Ya sé que no os importamos, pero tenemos familia en territorio español que ahora mismo está viviendo los efectos de tener un estamento político que da más importancia a quedar bien con sus amigos y a cuadrar las cuentas que a servir al pueblo que les paga el sueldo.
Desde el exilio, busco remover alguna conciencia para que alguien decida demostrar liderazgo, ser honesto con el pueblo y tomar las medidas adecuadas. Ni yo, ni muchos otros como yo, podemos hacer nada aparte de escribir artículos y cartas abiertas. Y aunque no representemos votos, nuestras familias sí que los representan. Y no van a olvidar esto.