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El gobierno (y el Estado Profundo) se pone 'demasiado' nervioso con el informe Royuela
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El gobierno (y el Estado Profundo) se pone "demasiado" nervioso con el informe Royuela

lunes 16 de noviembre de 2020, 19:02h

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Y el orwelliano Ministerio de la Verdad se hizo carne. Y habitó entre nosotros. Escriba del narcorrégimen pedófilo del 78 defeca. El diario/bulo de Bilderberg, El País, publicó recientemente un artículo de Miguel González con el titular El bulo del expediente Royuela. Y, un subtítulo, El observatorio de la desinformación del CNI alertó de una campaña conspiranoica que implicaba a fiscales en una trama criminal.

Saber la verdad

El amenazante y narcocriminal CNI (antes CESID y SECED), sistémica y sistemática fuente de desinformación. Narcoespías, esencialmente: infoxicaciones y embustes baldeados a los medios adictos, que son casi todos. Y no hace falta que les recuerde, tampoco, antes de continuar, un clásico: decenas, sobreabundancia de dizque periodistas al servicio de los sórdidos servicios secretos. En más España y más allá. Y también es dable rememorar otro dato nada baladí: público y notorio es que la mayoría de los españoles sabemos - sabemos, llámese rocosa certeza moral - que las autoridades públicas - y privadas - son ínsita y congénitamente corruptas. Todas.

Y, saludable curiosidad, queremos saber la verdad. Y, en el ínterin, me río de los gatekeeper, tipo Miguel González, el consuetudinario escriba, por otra parte de los traidores y antipatriotas militares españoles. Y no deviene reseña fútil: los narcoespías están constituidos en sus tres cuartas partes por personal militar. Protegiendo y promoviendo el horror y horrores innúmeros del Deep State.

Toda la verdad

Y saber toda la verdad. Y cuánto hay de cierto en esta macrotrama de corrupción enfangada hasta la médula más esencial en todo tipo de actividades ilegales, incluyendo asesinatos por encargo (el del periodista Antonio Herrero, por ejemplo), lavado de dinero, secuestros, chantajes, sobornos y cualquier actividad mafiosa imaginable. Y no imaginable. Dejando, por ejemplo, El informe Navajas - sobre los cimientos del NarcoEstado español - como un candoroso e ingenuo juego de niños.

Y anhelando conocer si entre los principales contratantes de los servicios de sicariato podemos encontrar gente de ciertas élites nacionales, o incluso la cúpula de partidos políticos, preferentemente el PSOE. Y saber, por supuesto, si el Capo di tutti capi fue bautizado católicamente como José María Mena Álvarez, a la sazón fiscal jefe de la Fiscalía del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña, cargo que ocupó hasta su jubilación en 2006.

Y algo bueno tiene todo esto: varias personas - más que nunca, no los cuatro gatos de siempre - estaban exigiendo hace unos días explicaciones a este escritor de flagrantes, evidentes y perpetuas trolas, Miguel González, y a su contenedor/vertedero, El País. En fin.
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