Arrimadas, que tomó las riendas de Ciudadanos tras ser elegida en las primarias para sustituir a Albert Rivera, ha estado doce semanas de baja tras nacer su primer hijo. Se mantuvo completamente apartada de la actividad pública durante las primeras seis semanas, y las seis siguientes permaneció al tanto de las decisiones y la marcha del partido, y tuvo alguna aparición pública.
De hecho, interrumpió brevemente y de forma puntual esa baja para respaldar a sus compañeros en las elecciones autonómicas de Galicia y País Vasco, con sendos mítines junto a Beatriz Pino, la candidata a la Presidencia de la Xunta de Galicia, que finalmente no consiguió representación parlamentaria, y en Euskadi junto al candidato de la coalición suscrita con el PP, Carlos Iturgaiz, y al presidente de ese partido, Pablo Casado.
Esta semana se ha reincorporado plenamente a la actividad, retomando las labores de dirección del partido y prerándose para ser de nuevo la cara más visible de Ciudadanos, después de unos meses en los que el protagonismo ha recaído, sobre todo, en su portavoz parlamentario, Edmundo Bal.