¿Qué pasa en Cataluña? (X): Conclusiones
lunes 10 de agosto de 2020, 17:44h
Ya hemos realizado el análisis, hemos ideado previsiones para un futuro cercano. Ahora debemos extraer las conclusiones de todo nuestro estudio. Hemos de comprobar si los conocimientos objetivos que manejamos, y las técnicas sociales que utilizamos, son adecuados para estudiar cualquier sociedad y saber qué rumbo lleva y a dónde le conducirán sus luchas.
Hemos de resaltar que cada pueblo, cada sociedad concreta, es el resultado de unos liderazgos -ese grupo de ideas, dogmas y creencias que esa sociedad maneja- que la orientan y dirigen. Con ellas se adoctrina a los niños y alumnos, estos son incapaces de pensar por sí mismos y siguen al pie de la letra esas enseñanzas aunque sean reglas matemáticas o físicas precisas, o también los ritos de brujería más estrafalarios, como el creer que por comer los sesos de tu enemigo adquieres su “alma”.
En el caso de Cataluña su liderazgo es del siglo XVIII. Incluso no se trata de alcanzar el sueño de entonces, lo que quieren es volver a un pasado que ya no existe. Los propios Austrias, con el conde-duque De Olivares al frente, pretendieron reformar los viejos fueros. Luego Felipe V, por la guerra, lo hizo a las bravas. Puede que sus aspiraciones tuviesen algún sentido, igual que la creación de las Naciones y estados de Holanda, Suiza, o más tarde Alemania o Italia. Hoy, en el contexto actual son irrealizables sus aspiraciones. Es de inteligentes analizar tu entorno y comprobar en qué escenario te vas a mover, y estudiar pormenorizadamente en función a las fuerzas existentes y a los pros y contras, si tu deseo puede ser realizable o no. Cualquier análisis racional lleva a la conclusión que si hoy no puede mantenerse como estado ni España o Alemania, menos aún podría mantenerse Cataluña. Y si ya defender el español puede convertirse en una tarea titánica, defender el catalán es una tarea condenada al fracaso más absoluto.
Las élites catalanas del pasado tuvieron su sentido. El hecho de que grandes comerciantes y empresarios en general, quisiesen volver a la ensoñación del pasado, a aquellas ideas y dogmas era algo que defendían con sus grandes patrimonios y con el riesgo de perder sus empresas. Y en tiempos más violentos podían perder claramente sus vidas. Los fusilamientos estaban a la luz del día. Pero ahora, las pretendidas élites actuales, que en realidad de tal no tienen nada, son un conjunto de “charlatanes” “busca-vidas” que pretenden presentarse como élite ante los demás, precisamente usando esos dogmas para alcanzar los máximos beneficios que les convierta en referentes, para proporcionarles, única y exclusivamente, privilegios personales. De verdad, la pretendida independencia, o los dogmas del viejo liderazgo catalán, les importan un pimiento.
Comprobamos expresamente, que los gobernados catalanes, “el pueblo llano”, es el resultado de un constante y machacón adoctrinamiento férreo. Comienza desde la niñez, sigue en todo el sistema educativo, y no cesa en los subvencionados e interesados medios de comunicación que cada día y a todas horas, solo pregonan lo mismo: Lo malos que son el resto de españoles y el estado español, y lo fantástica que es la cultura catalana y todas sus plasmaciones.
La conclusión clara es que a lo largo de la historia grandes civilizaciones y otras más pequeñas tuvieron su momento y luego desaparecieron. Unas dejando grandes logros, como la Romana o la vieja Élade, otras permanecen en bibliotecas y museos, y otras muchas desaparecieron sin dejar rastro apreciable alguno.
Las verdaderas y bien intencionadas élites catalanas deberían apreciar que su tiempo ha pasado –como pasó claramente el tiempo para la gran cultura Castellana que se está acoplando muy bien a Europa- e integrarse a su vez en Europa, aunque no se sabe por cuánto tiempo. No es ningún secreto que la propia cultura europea está en su más absoluta decadencia. Lleva muriendo desde el S. XV en la que el Papado y el cristianismo fue derrotado por el Renacimiento y la Razón, y luego apuntillada por la Ilustración.
Decía mi tocayo Darwin que no sobrevive el más fuerte… Si no el que mejor se adapta… A los nuevos tiempos.
Tiempo al tiempo… Y no perdamos ojo a lo que viene.
Sobre el autor
Carlos González-Teijón es escritor, sus libros publicados son Luz de Vela, El club del conocimiento, La Guerra de los Dioses, El sistema, y de reciente aparición Psicología de virtudes y pecados.