En lo referido a la caída del producto interior bruto (PIB), España encabeza los peores números, con un descenso trimestral del 18,5% y una caída interanual del 22,1%, muy por delante de países como México, Francia, Italia, Alemania, Estados Unidos, Austria, Bélgica y un largo etcétera.
En cuanto al empleo, la desocupación se sitúa en el 15,6%, por delante de países como Grecia, y nos eleva a la cúspide de Europa como el país con más desempleo, siendo especialmente crítica la situación de los jóvenes, quienes también presentan una de las tasas de desempleo más elevadas de la UE.
La Universidad de Cambridge, a pesar de las mentiras de Sánchez en la tribuna, cuando tergiversó los datos de la Universidad de Oxford, ha tenido en cuenta indicadores tales como la propagación del patógeno y el número de fallecidos por habitante, situando, también, a nuestro país como uno de los que peor ha gestionado la pandemia.
Además, debido a las condiciones económicas y a la precariedad laboral, los españoles somos los que presentamos una menor tasa de ahorro en la Unión Europea, siendo la media un 10,4%, mientras que las familias españolas solo consiguen ahorrar un 5,9%, muy por detrás de países como Alemania, Suecia, Holanda, Bélgica, Hungría, Austria y otros tantos de nuestro entorno más inmediato.
La caída del turismo ha sido también muy dramática en nuestro país, cuyo peso en el PIB sobrepasa el 12%. Según el Instituto Nacional de Estadística, algo más de doscientas mil personas (204.926) visitaron España, lo cual significa un 97,7% menos si lo comparamos con el mismo mes del pasado año 2019.
Como consecuencia de lo anterior, el gasto de los pocos turistas que llegaron a España descendió, incluso, un porcentaje mayor que la llegada de turistas, esto es, un 98,6% en el mes de junio, dejando una exigua recaudación de 133 millones de euros, habiendo sido 9.696 millones el desembolso que hicieron casi nueve millones de turistas el año anterior.