El movimiento del Catalanismo, sin discusión alguna, se acepta por todos los historiadores e intelectuales que es un movimiento Burgués. En el que solo han destacado desde la propia oposición a los Austrias o borbones, y hasta nuestros días dentro de España, grandes empresarios o destacados profesionales con cierta fortuna. A su vez su reivindicación siempre ha sido no territorial, sino de petición de autonomía comercial, fabril o financiera.
En los últimos años, desde el siglo XIX hasta nuestros días, todos los grandes personajes que han pasado a la historia han sido principalmente grandes comerciantes, empresarios o políticos provenientes de la casta más adinerada de la sociedad.
Es cierto que muchos de ellos surgieron una vez retirados de su vida comercial o empresarial. Una vez ricos nació en ellos – o lo tuvieron siempre y quisieron ahora con dinero desarrollarlo- un idealismo de defensa de sus leyes y costumbres. De su lengua y tradiciones. Y no escatimaron subvenciones y aportaciones para desarrollar “la causa” incluso contra los reyes de turno o dentro de la ilegalidad en el periodo Franquista.
El mundo político siempre está sembrado de gran cantidad de oportunistas. Es difícil saber cuáles de verdad defienden el catalanismo o se sirven de Él, sabiendo que muchos del pueblo llano si se creen esas ideas, pero lo que también puede considerarse cierto es que muchas de las élites de ese movimiento pueden ser considerados unos “grandes Idealistas”. Porque es más ensoñación y mundo mágicos lo que defienden que verdaderos intereses de casta o clase. No cabe duda que para cualquier empresario Catalán siempre es mejor desarrollar su actividad dentro de un gran estado seguro y fuerte que defienda sus mercados. Pues a pesar de ello, y realmente contra sus propios intereses, son la élite que lucha contra el estado español y defienden… No se sabe qué. Porque sus territorios empresariales y comerciales siempre serán menores si se circunscriben a Cataluña, y por ello, con menos posibilidades para sus empresas.
Pero lo que realmente es cierto es que esos sentimientos idealistas se produjeron dentro del franquismo y por ideas políticas, en estos momentos, lo que podríamos llamar élites catalanas ya no son los empresarios y comerciantes, porque estos ya físicamente, han huido. Y lo han hecho los Oliú, Fainé, y demás banqueros y grandes propietarios y ejecutivos.
En estos combates políticos y sociales las élites actuales del catalanismo no son más que grandes “charlatanes”. Ya desde Alejandro Lerroux, a Lluis Companys, pasando por Macià o el propio Tarradellas, no son más que profesionales de la palabra que tratan de forjar sus fortunas de dinero y fama en base a la defensa de esas ideas y proyectos. Todos, sin salvar a ninguno, son una pléyade de abogados, periodistas, profesores o administradores de lo ajeno, sin un céntimo en sus bolsillos, que tratan de alcanzar la gloria defendiendo ese acervo que han heredado, se les inoculó en vena en su niñez y juventud y está en todos los medios de comunicación. Ellos, listos los chicos/as –aquí se da la paridad- ven que la mejor forma de forjarse reconocimiento social, buenísimos sueldos, y posteriores fortunas, es defendiendo públicamente esos dogmas.. Que eso sí, a casi todos se les ve listos de verdad, y parte de ella la depositan en paraísos fiscales.
En este movimiento sí que se aprecia mucho más que en cualquier otra causa que las élites son todos, sin exclusión, Extractivas –viven de la cusa- y no Creativas – forjadoras de la causa aun perdiendo sus fortunas, o lo que es peor, sus propias vidas-. Los actuales se dedican a vivir de la causa, y muy bien por cierto. Y mientras dure… Eso que me llevo por delante.
Hoy, los que pasan a ser élite, lo son precisamente por su devoción-dedicación a la causa. No eran ya personas o familias destacadas que quieran mantener un estatus o riquezas y privilegios. Son personas de extracción del llamado pueblo llano que quieren alcanzar un reconocimiento social defendiendo esas ideas. Podían defender otras igualmente, como en el pasado se hizo con el Cristianismo o con el Comunismo, pero ahora toca estas porque su aceptación es muy extendida en todas las clases sociales.
Si triunfan en su empeño es cuando pasarán a ser esa élite tan deseada.
Sobre el autor
Carlos González-Teijón es escritor, sus libros publicados son Luz de Vela, El club del conocimiento, La Guerra de los Dioses, El sistema, y de reciente aparición Psicología de virtudes y pecados.