Sánchez pide ahora consenso nacional tras meses a la deriva y sin contar con nadie

Lo dijo desde la tribuna del Congreso de los Diputados al explicar los acuerdos de los últimos Consejos Europeos. En su intervención, destacó que ese acuerdo fue posible por la capacidad de defender las propias convicciones y al mismo tiempo ceder, comprendiendo la complejidad de Europa.

“Acordar siempre significa ceder, pero no acordar significa perder”, aseguró, convencido de que ese pacto es el mejor ejemplo para ilustrar que una causa común puede unir a familias de distinto color político. Si en Europa se puede, “en España se debe poder”, destacando que si gobiernos tan diferentes como los de Holanda y España han podido acordar nadie entendería que no sea posible entre partidos españoles, que defienden los mismos intereses.

Pidió por ello que ese acuerdo “histórico” en Europa sea un “acicate” y una “inspiración” para un pacto nacional ante el “reto gigantesco” que queda por delante para gestionar esos fondos. Habrá momentos de “extraordinaria dificultad”, aseguró, “pero si España quiere, España puede”.

Una vez que Europa “ha querido, está viva y se mantiene unida”, dijo el presidente, “es nuestro turno” establecer ese horizonte de acuerdo en el ámbito nacional, y para ello “sólo necesitamos una cosa, creer en nosotros mismos y en nuestras propias posibilidades”.

Con ese acuerdo, dijo Sánchez nada más subir a la tribuna, “la esperanza venció al miedo” y Europa “encontró su lugar” recuperando el mismo espíritu de su creación y con un nuevo “Plan Marshall” ante la mayor calamidad del último siglo.

En un momento dado, Sánchez hizo un repaso al auge de la extrema derecha en Europa, incluyendo a Vox en España, lo que suscitó los aplausos de ese grupo parlamentario y la respuesta irónica del presidente: “Se agradece que reconozcan que son la ultraderecha de este país”.

"NO PODÍA EQUIVOCARSE DE NUEVO"

Hizo esa reflexión al subrayar que una de las razones de ese auge ha sido el aumento de las desigualdades y la exclusión social de ciudadanos que se han sentido abandonados por las instituciones europeas, sobre todo a raíz de la crisis económica de 2008. Entonces Europa “se equivocó”. Ahora, a su juicio, no podía equivocarse de nuevo, no podía dejar caer a los más vulnerables, “y no lo ha hecho”.

Sobre la condicionalidad de esos fondos, Sánchez subrayó que lo que Europa pide es “la España que queremos”, porque los principios a los que se sujetan esos fondos coinciden con las prioridades de su Gobierno para esta legislatura: digitalización, transición ecológica, igualdad y cohesión social y territorial.

La condicionalidad, aseguró, quedará circunscrita a los planes presentados por cada país acordados por la Comisión y la cláusula de “freno de emergencia” implica que un Estado puede solicitar, de manera motivada, un debate político en el Consejo en caso de considerar que otro Estado está incumpliendo flagrantemente esos acuerdos, “pero en ningún caso habrá decisiones por unanimidad y, por tanto, no habrá capacidad de veto”.

Al repasar la gestación de ese acuerdo en Europa, Sánchez aseguró que fue España quien, junto a otros Estados, impulsó que se fuera asentando la idea de gestar un “Plan Marshall europeo” y su posición fue “determinante” para el resultado final.

No sólo celebró el contenido de ese acuerdo, sino también la rapidez con la que se ha materializado, insistiendo en la posición “constructiva” y “empática”, tratando de comprender las posiciones legítimas de otros gobernantes y dispuestos a dialogar “hasta la extenuación”.

Además del hito económico, Sánchez aseguró que el acuerdo es un hito político, por la capacidad de superar posiciones inicialmente muy alejadas y alcanzar un punto de encuentro, “algo a lo que me gustaría apelar en esta Cámara”.