“En democracia no se puede naturalizar determinadas cuestiones”, dijo Casado en una rueda de prensa, en respuesta a las declaraciones en las que Iglesias se mostraba partidario de “naturalizar” las críticas y los insultos.
Tras participar en una vista a una empresa de biotecnología en el País Vasco junto al candidato del PP y de Ciudadanos en las elecciones del próximo domingo, Carlos Iturgaiz, Casado subrayó que la prensa es un contrapeso en democracia y es “imprescindible” en un Estado de derecho.
“No podemos permitir”, dijo, que se defienda “naturalizar lo que ha pasado en Venezuela”, la ocupación de viviendas, la expropiación de empresas, los ataques a periodistas o la “extorsión a mujeres” adultas que tienen derecho a tener su propia tarjeta de móvil.
Criticó que la Fiscalía se haya posicionado “del lado del vicepresidente” del Gobierno, y preguntó al lehendakari y candidato del PNV, Iñigo Urkullu, “de qué lado” está, y al presidente del Gobierno “qué va a hacer”.
Denunció, en ese sentido, que varios ministros del Gobierno “callaron” después de que Iglesias “justificara” los ataques a la prensa y a los jueces. Casado aseguró que lleva “dos años sufriendo” que se use la mesa del Consejo de Ministros para insultar a la oposición, pero que se use para esos ataques “es algo que una democracia no puede soportar”.
Casado denunció que a Sánchez “se le ha caído la careta” al reconocer en una entrevista a un diario italiano que “nunca se ha planteado llegar a ningún tipo de acuerdo” con el PP, y criticó que se haya “insultado” al PP, culpándole de no querer llegar a esos acuerdos, cuando era Sánchez al que no le interesaba.
El PP entiende que en esa entrevista Sánchez no se refiere sólo a la “gran coalición” sino a todo tipo de acuerdos. “Oído cocina, pero no mienta”, le dijo, porque decir lo contrario de lo que se hace “se llama hipocresía, en Italia y en España”, y culpar a los demás de las propias decisiones “es puro cinismo”.
En la recta final de la campaña electoral, Casado se preguntó cómo explica el PNV a sus electores de centro derecha que apoyó la moción de censura y después la investidura de Sánchez sabiendo que Iglesias sería vicepresidente del Gobierno y cómo sigue respaldando a un Ejecutivo en el que hay ministros “declarados comunistas” o que quieren derogar la reforma laboral.
La realidad, dijo, es que “la urna del PNV se comunica con la del PSOE”, y esa, a su vez, con la de Unidas Podemos. Por ello, quienes no quieren dar poder a Podemos o a Bildu, ni en Euskadi ni en España, sólo tienen la alternativa de la coalición formada por el PP y Ciudadanos.
Alertó, además, de que varios escaños se pueden dirimir por “un puñado de votos”, por lo que si no se aglutina todo ese voto constitucionalista moderado y transversal los beneficiados pueden ser los partidos nacionalistas o de la izquierda radical.