La reapertura del caso vino motivada por la identificación de un nuevo sospechoso, en prisión en Alemania, que correspondería al nombre de Christian B., de 43 años. Se trata de un delincuente sexual con múltiples condenas, entre ellas una por abuso sexual de menores.
Sin embargo, el fiscal Hans Christian Wolters ya había señalado de forma pública que todas las pistas apuntaban a que Madeleine había fallecido. De hecho, varios medios británicos sostenían esta misma sospecha en una carta a la familia de la niña, en la que Woltersas eguraba que tenía "pruebas concretas".
El fiscal ha confirmado a la agencia de noticias DPA que ha enviado varios documentos a los Kate y Gerry McCann, pero no ha revelado su contenido. Los padres han salido al paso de las especulaciones para asegurar que es "falso" que hayan recibido una carta en la que se asegurase que "hay evidencias o pruebas de que Madeline está muerta".
"Como otras muchas historias infundadas en los medios, esto ha provocado una preocupación innecesaria a nuestros amigos y familiares y ha perjudicado de nuevo nuestras vidas", han lamentado los padres, a través de un comunicado en el que han insistido en que no comentarán investigaciones en curso.