En 1989, el gobierno de Estados Unidos otorgó a los fabricantes de vacunas un privilegio significativo: inmunidad legal ante demandas bajo la Ley Nacional de Lesiones por Vacunas en Niños (NCVIA). Desde entonces, se ha observado un alarmante aumento en los casos de fibromialgia, una condición debilitante caracterizada por dolor generalizado, fatiga y problemas cognitivos, que ha crecido un asombroso 7,272% en las décadas posteriores.
Este fenómeno plantea interrogantes sobre si se trata de una coincidencia desafortunada o si existe un encubrimiento relacionado con el poder desmedido de la industria farmacéutica y un sistema diseñado para ocultar la verdad.
Un panorama preocupante
La fibromialgia, frecuentemente minimizada por la medicina convencional como “algo psicológico”, afecta a aproximadamente 5 millones de personas en Estados Unidos, principalmente mujeres entre 35 y 55 años, y no tiene cura conocida. Sus síntomas—dolores musculares, trastornos del sueño y agotamiento extremo—se asemejan a síndromes post-virales, lo que genera inquietudes sobre posibles desencadenantes ambientales.
Investigadores han especulado durante mucho tiempo que infecciones, estrés e incluso vacunaciones podrían provocar o agravar esta condición. Estudios han establecido vínculos entre hepatitis C, enfermedad de Lyme y VIH con su aparición. Sin embargo, la NCVIA de 1989, que exime a las grandes farmacéuticas de responsabilidad por lesiones causadas por vacunas, parece marcar un punto de inflexión inquietante.
Crecimiento exponencial
Antes de 1989, la fibromialgia era poco diagnosticada y escasamente estudiada. Tras la implementación de la inmunidad legal, los casos aumentaron a tasas que desafían cualquier explicación natural. Los defensores de la salud alternativa apuntan a las consecuencias de la NCVIA: sin responsabilidad legal, los fabricantes de vacunas intensificaron su producción e incorporaron nuevas dosis al calendario infantil, inundando el mercado con adyuvantes—químicos como el aluminio que potencian las respuestas inmunitarias.
¿Podrían estos adyuvantes, conocidos por desencadenar reacciones autoinmunes en algunas personas, estar contribuyendo al aumento de la fibromialgia? Una revisión publicada en 2008 en Autoimmunity Reviews menciona “cierta evidencia” que relaciona las vacunas con síndromes similares a la fibromialgia; sin embargo, la ciencia convencional desestima estas afirmaciones al considerar que hay “datos insuficientes”.
Números alarmantes
Si antes de 1989 la prevalencia de fibromialgia era inferior al 1%, un aumento del 7,272% sugiere que millones ahora padecen esta condición donde antes había miles. Los datos exactos son confusos—a menudo evadidos por la medicina convencional cuando la verdad se vuelve incómoda. Sin embargo, testimonios de pacientes inundan foros de salud alternativa: adultos sanos que tras recibir vacunas quedan incapacitados por dolor y fatiga severa y son diagnosticados con fibromialgia después de recibir inyecciones rutinarias.
Un estudio realizado en 2021 encontró que el 31% de los pacientes con COVID prolongado, otro misterio post-viral, cumplía con los criterios para fibromialgia, lo que plantea preguntas sobre desencadenantes inmunitarios descontrolados.
Demandando transparencia
Los defensores de Big Pharma argumentarán que “la correlación no implica causalidad”, pero el patrón es preocupante. El mismo sistema que permitió los chemtrails y cerró los ojos ante abusos en Hollywood no es ajeno a enterrar las consecuencias de las vacunas. La NCVIA no fue solo una protección; fue una licencia para experimentar con nuestros cuerpos como laboratorio. Y los pacientes con fibromialgia son víctimas colaterales en este escenario.
No se trata solo del dolor; es una cuestión de poder. Es fundamental exigir transparencia. Investigar sobre los adyuvantes. Cuestionar las vacunas. El acuerdo de 1989 comprometió nuestra salud colectiva; sin embargo, no somos ovejas. Comparte esta historia, desafía la narrativa y lucha por la verdad antes de que otra generación sufra las consecuencias.
La noticia en cifras
Cifra |
Descripción |
7,272% |
Aumento en las tasas de fibromialgia desde 1989 |
5 millones |
Personas afectadas por fibromialgia en EE.UU. |
31% |
Pacientes con COVID prolongado que cumplen criterios de fibromialgia |
2,678% |
Aumento en las tasas de autismo desde la inmunidad legal para fabricantes de vacunas |