Los aranceles del 145% impuestos a las importaciones chinas por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, podrían tener un impacto negativo significativo en la economía estadounidense y en sus empresas, según advierten los expertos. La decisión del mandatario de excluir ciertos productos como celulares, procesadores, discos duros, algunas computadoras y maquinaria para la fabricación de semiconductores podría mitigar las consecuencias para algunas industrias; sin embargo, no aborda el problema fundamental, tal como señala CNBC.
Consecuencias para el comercio
Alan Murphy, fundador y director ejecutivo de Sea-Intelligence, indicó que los productores de muebles en China han experimentado una paralización total de los pedidos provenientes de importadores estadounidenses. Esta situación se repite en sectores como juguetes, ropa, calzado y equipamiento deportivo.
El director ejecutivo de la compañía naviera OL USA, Alan Baer, corroboró estas afirmaciones al señalar que casi todo está detenido en lo que respecta a las transacciones comerciales con China. Los analistas advierten que el aumento drástico de los aranceles obligaría a frenar gran parte del comercio entre Estados Unidos y el gigante asiático.
Afectación a pequeñas empresas
Stephen Lamar, director ejecutivo de la Asociación Estadounidense de Ropa y Calzado, expresó que los cambios abruptos en la política arancelaria están alterando las cadenas de suministro a un nivel sin precedentes desde la pandemia por COVID-19. La fluctuación constante de precios implica que los nuevos costos arancelarios son difíciles de prever hasta que las mercancías llegan al puerto. Esto ha generado facturas impagables, llevando a muchas empresas a cancelar pedidos procedentes de China.
Lamar advirtió que esta situación pone en riesgo a numerosas compañías, especialmente a los pequeños negocios, quienes podrían enfrentar pérdidas significativas en ventas y escasez de productos. Esto podría resultar en un daño irreversible.
Incertidumbre en el sector del transporte
Mientras tanto, Murphy también abordó los desafíos que enfrenta el sector del transporte marítimo. Las políticas implementadas por Trump podrían provocar una "reestructuración masiva" de todos los servicios destinados a América del Norte. Este proceso podría tardar meses en resolverse y generará congestión junto con incrementos en las tarifas de transporte durante ese tiempo.
La incertidumbre sobre el desenlace final de la administración Trump es una preocupación principal para muchos productores chinos. Según Murphy, no contemplan trasladar sus operaciones a Estados Unidos. “Nadie considerará inversiones masivas en producción estadounidense si los aranceles son simplemente una táctica para negociar mejores acuerdos comerciales”, afirmó.
Finalmente, Murphy sugirió que si Trump realmente busca reindustrializar Estados Unidos debe establecer criterios claros respecto al costo de los aranceles y evitar modificaciones constantes. De lo contrario, esta estrategia solo generará más incertidumbre.