La Cámara de Representantes de Estados Unidos aprobó el Safeguard American Voter Eligibility (SAVE) Act, una legislación que exige la presentación de pruebas de ciudadanía para el registro de votantes en elecciones federales. La medida fue respaldada por un voto ajustado de 220 a 208, con cuatro representantes demócratas uniéndose a sus colegas republicanos en apoyo a la iniciativa. Ahora, el proyecto se dirige al Senado, donde su futuro es incierto pero sus implicaciones son significativas.
Las preocupaciones sobre el voto de no ciudadanos han persistido durante años, con los republicanos argumentando que los procesos laxos de registro electoral crean vulnerabilidades para el fraude. El SAVE Act busca eliminar esos riesgos al exigir la comprobación presencial de ciudadanía para nuevos registrantes y obligar a los estados a eliminar a los votantes inelegibles de las listas existentes. Esta acción responde directamente a la orden ejecutiva del expresidente Donald Trump sobre la integridad electoral, reforzando los esfuerzos del Partido Republicano para garantizar que solo los ciudadanos estadounidenses participen en este proceso democrático esencial.
Una medida sensata para la seguridad electoral
El SAVE Act modifica la Ley Nacional de Registro Electoral, exigiendo que los estados verifiquen la ciudadanía mediante documentos como pasaportes estadounidenses, licencias de conducir compatibles con REAL ID que indiquen la ciudadanía o certificados de nacimiento certificados. Además, permite que los ciudadanos demanden a funcionarios electorales que no cumplan con estos requisitos, una disposición diseñada para responsabilizar a los estados.
El representante Paul Gosar (R-AZ), coautor del proyecto, expresó: «Es tanto risible como absurdo que las mismas personas que durante los últimos cuatro años obligaron a portar un pasaporte de vacunación para cenar en un restaurante, tener un empleo o abordar un vuelo ahora se opongan a una legislación sensata que requiere que los individuos muestren prueba de ciudadanía estadounidense para votar». Sus comentarios subrayan un argumento central del Partido Republicano: si se requiere identificación para actividades cotidianas, ¿por qué no para votar?
Resistencia demócrata ante un apoyo bipartidista inusual
A pesar de que la gran mayoría de los demócratas en la Cámara se opusieron al proyecto, cuatro representantes—Ed Case (HI), Henry Cuellar (TX), Jared Golden (ME) y Marie Gluesenkamp Perez (WA)—se unieron a los republicanos en su aprobación. Estas deserciones indican que incluso dentro del partido minoritario hay quienes reconocen la necesidad de salvaguardias electorales.
Los opositores argumentan que el voto de no ciudadanos ya es ilegal bajo la ley federal y que los casos documentados son extremadamente raros. Los demócratas sostienen que requisitos estrictos de documentación podrían despojar del derecho al voto a personas elegibles—particularmente mujeres, minorías y personas de bajos ingresos—que pueden tener dificultades para obtener certificados de nacimiento u otras formas de identificación.
Desafíos legales y el camino por delante
El SAVE Act enfrenta una dura batalla en el Senado, donde los demócratas aún tienen suficientes asientos para bloquearlo mediante filibusterismo. Sin embargo, el senador Mike Lee (R-UT) ha introducido un proyecto complementario, preparando el terreno para un enfrentamiento crucial. Si se convierte en ley, es probable que enfrente desafíos judiciales, dado que intentos previos a nivel estatal para verificar la ciudadanía han sido bloqueados por jueces federales.
Los republicanos argumentan que un estándar nacional es crucial para anular políticas estatales inconsistentes. Por ejemplo, 36 estados ya solicitan o exigen identificación del votante, pero las reglas varían ampliamente. Mientras tanto, estados con inclinaciones liberales como Nueva York y Washington emiten licencias de conducir compatibles con REAL ID independientemente del estatus migratorio, lo cual genera preocupaciones sobre posibles abusos en el registro electoral.
El expresidente Trump ha defendido el SAVE Act como parte de su agenda más amplia sobre integridad electoral. Gosar declaró: «Esta legislación es un paso crucial hacia asegurar que nuestras elecciones sean justas y honestas», planteando el tema como una cuestión de soberanía nacional.
La aprobación del SAVE Act representa un momento decisivo en el debate continuo sobre la seguridad electoral en Estados Unidos. Mientras los demócratas advierten sobre posibles despojos del derecho al voto, los republicanos insisten en que verificar la ciudadanía es fundamental para preservar la democracia. El próximo movimiento del Senado determinará si esta legislación se convierte en ley o queda estancada en un estancamiento partidista. Sin embargo, queda claro que en una era marcada por niveles récord de inmigración ilegal y una creciente desconfianza pública, el impulso por la integridad electoral sigue fortaleciéndose.
Por ahora, el SAVE Act se erige como testimonio del compromiso del Partido Republicano por asegurar que solo los ciudadanos estadounidenses influyan en el futuro del país en las urnas. Como afirmó Roy: «Esto sirve como un primer paso crítico para garantizar que mantengamos la integridad electoral en todo nuestro país». La posibilidad de su implementación dependerá de la determinación de aquellos encargados de defender la república.
La noticia en cifras
Cifra |
Descripción |
220-208 |
Voto de la Cámara para aprobar el SAVE Act. |
84% |
Porcentaje de apoyo público a la exigencia de prueba de ciudadanía para el registro de votantes. |
4 |
Número de demócratas que apoyaron el proyecto de ley. |
36 |
Número de estados que ya solicitan o exigen identificación del votante. |