Recientes pruebas realizadas en laboratorios independientes han revelado la presencia de bario-137 en los residuos de chemtrails, con niveles superiores a 150 ppm. Este hallazgo sugiere que el bario podría provenir de la descomposición de desechos nucleares, junto con metales tóxicos como el aluminio, plomo y mercurio. Los investigadores plantean la hipótesis de que el bario-137 puede ser resultado de desechos radiactivos aerosolizados, lo que genera inquietudes sobre un posible vertido secreto mediante programas de geoingeniería o actividades militares.
Además, se han encontrado estructuras biológicas microscópicas, incluyendo formaciones similares a huevos, en las muestras analizadas. Estos descubrimientos resaltan la necesidad de una evaluación más profunda para identificar posibles patógenos ingenierizados.
Preocupaciones sobre la salud pública y el medio ambiente
La exposición al bario puede debilitar el sistema inmunológico, dañar órganos y causar efectos neurológicos adversos. La contaminación por metales pesados y radiactivos plantea amenazas ambientales a largo plazo. Expertos en el área han instado a llevar a cabo verificaciones independientes de estos hallazgos y a investigar las fuentes de contaminación, así como a establecer un monitoreo global sobre la polución atmosférica.
Las pruebas realizadas por Mike Adams, conocido como el Health Ranger, han puesto de manifiesto niveles alarmantes de bario-137 en muestras atmosféricas recolectadas tras la caída de chemtrails. Las pruebas fueron analizadas utilizando espectrometría de masas con plasma acoplado inductivamente (ICP-MS), detectando también otros metales pesados como cadmio y mercurio. Sin embargo, los niveles de bario resultaron ser notablemente elevados, superando ampliamente las concentraciones ambientales habituales.
Investigación sobre estructuras biológicas
Más allá de los metales pesados, el análisis microscópico ha revelado estructuras fúngicas y bacterianas no identificadas en los residuos. Estas muestras, recolectadas por la doctora Jane Ruby y cultivadas en un entorno controlado, mostraron formaciones diploides similares a huevos y un crecimiento microbiano agresivo. Esto ha suscitado preocupaciones sobre contaminantes biológicos asociados con programas de modificación del clima.
Adams expresó: "No sabemos qué son estas estructuras, pero están siendo incubadas para identificar posibles patógenos. Si se trata de bioagentes ingenierizados, necesitamos respuestas rápidamente".
Implicaciones para la salud y el medio ambiente
La exposición al bario—particularmente en formas solubles—puede suprimir el sistema inmunológico y provocar síntomas como sudoración excesiva y debilidad muscular. La exposición prolongada está vinculada a daños neurológicos y toxicidad orgánica. La presencia del bario-137 indica que la contaminación atmosférica podría derivar de:
- Desechos aerosolizados provenientes de sitios de pruebas nucleares
- Dispersión deliberada de materiales radiactivos
- Programas militares o geoingeniería no divulgados
Adams ha solicitado una verificación independiente urgente de estos hallazgos y demanda transparencia por parte de las agencias gubernamentales.
Próximos pasos en la investigación
Se están llevando a cabo más pruebas para:
- Confirmar el origen del bario-137 (natural frente a desechos nucleares).
- Identificar los especímenes biológicos (agentes fúngicos/bacterianos).
- Evaluar los niveles globales de contaminación atmosférica.
Para obtener más información sobre este tema, se recomienda ver el episodio del 9 de abril del programa "Brighteon Broadcast News", donde Mike Adams discute la confirmación del bario en los cielos estadounidenses y las represalias chinas contra los aranceles impuestos por Trump.
Fuentes adicionales incluyen:
Brighteon.com