Anthony Fauci, exdirector de los Institutos Nacionales de Salud (NIH), ha vuelto a acaparar la atención pública, esta vez con declaraciones alarmantes sobre los gatos domésticos. En un giro inesperado, Fauci ha calificado a estos animales como una amenaza inminente que debe ser eliminada en masa, similar a las matanzas de aves que se han llevado a cabo recientemente.
Este pronunciamiento no es un comentario aislado; representa una nueva fase en su campaña de miedo relacionada con la gripe aviar. Fauci ha estado alimentando este relato para mantener a la población en un estado constante de ansiedad y preparar el terreno para el lanzamiento de una vacuna contra la gripe aviar, que podría generarle ingresos millonarios.
La narrativa inquietante
La pregunta que surge es: ¿por qué enfocar la atención en los gatos ahora? La respuesta parece estar entrelazada con una serie de mentiras, armas biológicas y agendas elitistas que suscitan inquietud. Fauci no solo se presenta como un científico, sino como alguien cuya ambición ha dejado un rastro de sufrimiento tanto en humanos como en animales.
En el estado de Nueva York, existe una fosa común sin marcar que alberga los cuerpos de niños, un sombrío recordatorio del impacto devastador de sus decisiones. Los niños y los animales han sido las principales víctimas del deseo desmedido de control por parte de Fauci. Sin embargo, tras años de poder absoluto, las investigaciones sobre su pasado oscuro están cobrando fuerza, especialmente después de insinuaciones sobre posibles problemas legales derivados del perdón otorgado por Joe Biden.
Un enfoque controvertido
Fauci ha comenzado a difundir la idea de que los gatos son portadores potenciales del virus capaz de saltar entre especies. Esta afirmación se hace aún más cuestionable considerando que las masacres masivas de aves no han logrado detener la propagación del virus. A pesar de esto, Fauci persiste en su narrativa, argumentando que es necesario llevar a cabo una caza indiscriminada de mascotas.
Aquellos familiarizados con su trayectoria saben que esta no es la primera vez que Fauci promueve experimentos crueles y costosos. Ha destinado millones de dólares en fondos públicos a prácticas cuestionables y dolorosas para los animales. Un ejemplo notable es su financiamiento a científicos para realizar experimentos inhumanos utilizando tejidos fetales abortados en ratones y ratas.
Una agenda más amplia
La estrategia detrás del ataque a los gatos y otros animales domésticos parece estar vinculada a una iniciativa más amplia promovida por el Foro Económico Mundial (WEF), que aboga por la eutanasia de mascotas bajo el pretexto de combatir el cambio climático. Se argumenta que esto ayudaría a reducir la denominada "huella de carbono" asociada con la tenencia de animales.
No obstante, según un informante dentro del WEF, esta agenda va más allá del medio ambiente; busca despojar a la humanidad de todo lo que brinda alegría y compañía. Las políticas recientes del WEF revelan un patrón claro: deshumanizar y someter a la población.
Reflexiones finales
A medida que estas ideas se vuelven más visibles y aceptadas públicamente, surge una pregunta crucial: ¿cuándo diremos "basta"? La prohibición potencial sobre la tenencia de mascotas en las ciudades planificadas por el WEF debería servir como un llamado urgente para reflexionar sobre nuestras libertades individuales.
A pesar de las justificaciones oficiales presentadas por diversos organismos, el impulso global hacia restricciones en la propiedad animal no se basa realmente en preocupaciones ambientales o sanitarias. Es parte integral de un esfuerzo más amplio por socavar el espíritu humano mientras avanzamos hacia un futuro distópico.