El Congreso constituyó finalmente esta comisión, que buscará acuerdos entre los partidos políticos, en la que terminaron los llamados pactos de la Moncloa que el Ejecutivo de Pedro Sánchez quiso impulsar rememorándo el espíritu de los de 1977.
El mes de abril comenzó con esa iniciativa de Sánchez a las demás formaciones políticas para hablar del futuro una vez se supere la crisis sanitaria por la pandemia. Tras varias llamadas y reuniones virtuales, el Partido Popular logró que se transformara en la comisión parlamentaria no permanente que casi un mes después empieza a andar.
Tras constituirse formalmente la comisión, López recordó que el origen de la misma es una crisis sanitaria que se ha llevado por delante a 25.857 españoles, según las cifras de ayer. Precisamente por ello, dedicó el arranque de su intervención a las víctimas del coronavirus y pidió guardar un minuto de silencio “en señal de respeto” que hizo a los diputados presentes ponerse en pie.
El expresidente del Congreso recordó a todos los integrantes de esta comisión la “enorme responsabilidad” que tienen a la hora de “buscar consensos entre todos los que pensamos distinto”. “La reconstrucción todos sabemos que es absolutamente necesaria porque la crisis sanitaria que perdura, pero venceremos, es ya una crisis económica y una crisis social que se va a agravar y, si no hacemos nada, va a tener efectos devastadores”, alertó.
“Por eso, no podemos no hacer nada. No es una opción no hacer nada”, enfatizó el ya presidente de la comisión de reconstrucción económica y social. “Sabemos que tenemos que poner todos los medios para que nuestra economía y empresas -con el empleo que generan- se recuperen cuanto antes; porque, si no, no habrá futuro”, remarcó López.
Así las cosas, aludió al deber de “tejer la más tupida red de solidaridad para que nadie quede abandonado a su suerte” en esta crisis. “Los sistemas de protección social y de cuidados de los vulnerables son hoy más imprescindibles que nunca y sabemos que Europa tiene que ser Europa y ponerse a disposición del rescate ciudadano y para ello España debe tener una posición común”, defendió.
“Si sabemos esto, hagamos el mejor diagnóstico para dar las mejores respuestas todos juntos”, demandó López, quien también quiso dejar claro que “esta comisión no es una sesión de control y no es una mesa de negociación entre la oposición y el Gobierno”. Se trata, aseguró, de “la manifestación del esfuerzo colectivo de todos y todas los representantes de los ciudadanos para buscar juntos una salida global, social y económica a nuestro país”.
Por ende, López reclamó a los partidos que en esta comisión asuman su “responsabilidad” como una “obligación colectiva ante el futuro”, esto es, “que tengamos capacidad y voluntad de superar las rencillas partidarias y que no vengamos aquí a ganar o a perder, sino a sumar y a trabajar para entendernos para construir país y construir sociedad”.
Hizo así especial hincapié en la necesidad de actuar con “altura de miras” y “sentido de Estado” para lograr sumar voluntades en situaciones “graves” como la actual. Es más, advirtió de que “los ciudadanos nos exigen que ni se nos ocurra, por cuestiones partidarias inentendibles en este momento, deslizarnos por la pendiente del desacuerdo”.
“Propongamos medidas y busquemos acuerdos”, insistió, y se mostró esperanzado en que “con voluntad y política en mayúsculas lo podemos conseguir”. Así, emplazó a una reunión la próxima semana para aprobar un plan de trabajo que pueda ser “consensuado” por todos los partidos y que siente la base del “sistema con el que vamos a trabajar” en esta reconstrucción que precisa España.
VOTACIONES
La diferencia entre los partidos sobre la situación quedó palpable en la votación para la composición de la mesa de la comisión, donde los populares llevaron hasta el final su intención de presidirla.
López fue elegido en segunda votación por 165 votos, mientras que la popular Ana Pastor recibió 91 apoyos. Ambos recibieron el mismo número de votos en la primera votación, pero ninguno alcanzó los 176 necesarios para ser elegido en la primera ronda.
Acto seguido, comenzaron las votaciones para elegir a los vicepresidentes y secretarios de la Comisión. El diputado de Izquierda Unida Enrique Santiago obtuvo 157 apoyos y el popular Guillermo Mariscal 92, siendo elegidos vicepresidente primero y vicepresidente segundo, respectivamente.
Respecto a las secretarías, la socialista María Luz Martínez Seijo consiguió 157 apoyos y la popular Isabel Borrego 92, de manera que fueron elegidas secretaria primera y segunda por ese orden.
En las abstenciones coincidía el voto -abstención- de ERC, Junts per Catalunya y Ciudadanos, lo que provocó risas entre los diputados presentes.
VOX SE NIEGA A VOTAR
Los miembros de Vox se negaron a participar en estas votaciones y en las futuras de la comisión ya que la presidenta del Congreso, Meritxell Batet, no atendió sus demandas para que se eligiese al presidente y demás miembros de la Mesa por voto secreto.
El vicepresidente cuarto de la Cámara y diputado de Vox, Ignacio Gil Lázaro, reclamó poder votar de forma secreta en urna y sin que se aplicase el criterio del voto ponderado (es decir, que cada Grupo Parlamentario tiene tantos votos como diputados tiene en el Pleno).
Batet rechazó estas propuestas, por lo que el portavoz de Vox en el Congreso, Iván Espinosa de los Monteros, manifestó que Vox "no va a participar en ninguna votación porque considera que se ha vulnerado el procedimiento”. “Y a efectos de recurso”, añadió la secretaria general del Grupo, Macarena Olona.