Un exagente del FBI, Kyle Seraphin, ha revelado la existencia de un sitio web fraudulento que supuestamente vende interruptores Glock ilegales, sugiriendo una posible operación encubierta por parte de la Oficina de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos (ATF). Este sitio parece haber sido diseñado apresuradamente, imitando el antiguo sitio de Polymer80, y destaca la venta de «Glock Switch», lo que genera preocupaciones sobre posibles casos de provocación a la delincuencia.
Los interruptores Glock son dispositivos que convierten pistolas en ametralladoras y son ilegales bajo la legislación federal estadounidense. Su posesión conlleva severas sanciones, incluyendo penas de hasta diez años de prisión.
Revelación sobre una posible operación encubierta
En un nuevo giro en las estrategias empleadas por agencias federales para atrapar a ciudadanos desprevenidos, Seraphin ha expuesto un sitio web sospechoso que se dedica a la venta de estos dispositivos prohibidos. La página en cuestión, que clamorosamente imita a la marca Polymer80 ya extinta, muestra todos los signos característicos de una operación encubierta típica: una fachada mal construida y un enfoque evidente en productos ilegales con la clara intención de atraer compradores potenciales para su posterior enjuiciamiento.
Seraphin expresó su incredulidad a través de sus redes sociales, cuestionando irónicamente si alguna vez se había deseado comprar una ametralladora ilegal directamente desde la ATF. El diseño del sitio carece de similitudes significativas con el dominio original de Polymer80 y presenta el «Glock Switch» como su producto principal, lo cual es un claro indicativo de intentos de provocación.
Definición y legalidad del interruptor Glock
El interruptor Glock, también conocido como auto sear, es un pequeño dispositivo que modifica una pistola semiautomática Glock para disparar en modo automático completo. Según la ley federal estadounidense, estos dispositivos están estrictamente prohibidos para la posesión civil debido a su clasificación como «ametralladoras» bajo el Acta Nacional de Armas de Fuego (NFA) de 1934 y el Acta de Protección para Propietarios de Armas (FOPA) de 1986, que prohíbe las ventas nuevas de ametralladoras a civiles.
Las sanciones por posesión incluyen:
- Hasta diez años en prisión federal por cada violación.
- Multas que pueden alcanzar los 250.000 dólares.
- Cargos adicionales a nivel estatal en jurisdicciones con leyes más estrictas.
Las únicas excepciones son para personal militar y policial, así como fabricantes autorizados con aprobación de la ATF. A pesar de esto, la ATF ha intensificado su vigilancia sobre las ventas en línea y mercados clandestinos, lo que muchos críticos consideran operaciones excesivas diseñadas más para aumentar estadísticas de arresto que para mejorar la seguridad pública.
Mecanismos y ética detrás de las operaciones encubiertas
Una operación encubierta es una táctica utilizada por las fuerzas del orden donde se crean plataformas online falsas—ya sean sitios web o páginas en redes sociales—para atraer a individuos interesados en comprar o vender artículos ilegales. En este caso específico, parece que la ATF ha establecido un sitio falso relacionado con Polymer80 para atraer compradores interesados en accesorios ilegales para armas.
El proceso es sencillo:
- Configuración: Las autoridades crean un sitio web falso vendiendo artículos prohibidos (por ejemplo, interruptores Glock).
- Atractivo: El sitio publicita productos ilegales frecuentemente presentados como ofertas irresistibles.
- Captura: Los compradores que caen en la trampa son rastreados e involucrados por agentes encubiertos antes de ser arrestados al intentar realizar una transacción.
Aunque tales operaciones son legalmente válidas, corren el riesgo de cruzar la línea hacia la provocación—aquella defensa que argumenta que las fuerzas del orden indujeron a alguien a cometer un delito que no habría cometido por sí mismo. Dada la historia agresiva de tácticas utilizadas por la ATF, esta última revelación plantea serias preocupaciones sobre el abuso gubernamental y el debido proceso.
Un historial controvertido y su relevancia actual
La ATF tiene un largo historial polémico relacionado más con la fabricación del crimen que con su prevención. Desde el escándalo Fast and Furious hasta operaciones encubiertas dirigidas contra propietarios legales de armas, esta agencia ha demostrado repetidamente su disposición a priorizar arrestos sobre justicia real.
Esta reciente supuesta operación encubierta sigue un patrón inquietante: crear el crimen y luego castigar al infractor. Con el impulso agresivo del gobierno actual hacia controles más estrictos sobre armas—incluyendo acciones ejecutivas dirigidas contra accesorios como los pistol braces—muchos defensores del Segundo Enmienda ven esto como otro intento del gobierno federal por expandir su poder bajo el pretexto de garantizar la seguridad pública.
A medida que el descubrimiento realizado por Seraphin se difunde ampliamente, persiste una pregunta crucial: Si realmente le preocupa al ATF las armas ilegales, ¿por qué parece estar facilitando su venta? O más inquietante aún: «Cuando el gobierno actúa como vendedor de armas, ¿quién es realmente el criminal?»