El secretario de Estado de Estados Unidos, Marco Rubio, comenzó este miércoles una gira por varios países del Caribe con el propósito de fortalecer la seguridad y combatir el crimen transnacional. Washington considera esta región como su «tercera frontera», debido a la relevancia de las rutas marítimas comerciales que la atraviesan, que forman parte de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños.
Rubio afirmó: «Trabajaremos juntos para combatir la inmigración ilegal, la violencia y el contrabando en nuestra región, y exigiremos responsabilidades a quienes realicen fraude financiero contra ciudadanos estadounidenses vulnerables. Siempre priorizando el bienestar de los estadounidenses», según publicó en su cuenta de la red social X.
Jamaica como socio clave
La primera escala de Rubio es Jamaica, considerada por la administración anterior como su «socio más afín en el Caribe». Esta afirmación fue realizada por Mauricio Claver-Carone, enviado especial de EE.UU. para América Latina, quien destacó que la misión no solo se centra en temas de seguridad contra la criminalidad, sino también en asegurar el acceso a recursos energéticos como gas natural y petróleo.
Claver-Carone subrayó que Jamaica es un aliado fundamental en la lucha contra el narcotráfico y el tráfico de armas, así como para mantener las rutas marítimas que provienen del canal de Panamá y otros flujos comerciales en la región.
Desafíos compartidos con Haití
A través de acuerdos más profundos con Jamaica, se espera no solo mejorar la seguridad estadounidense, sino también abordar el desafío compartido que representa Haití. Este país enfrenta un aumento en las actividades pandilleras que incrementan el tráfico ilícito de armas. La meta es garantizar que la Policía haitiana y su gobierno provisional cuenten con el apoyo necesario para combatir la violencia.
Durante su visita a Jamaica, donde se reunió con el primer ministro Andrew Holness, Rubio también tiene programados encuentros bilaterales con los líderes de Barbados, Trinidad y Tobago, así como Haití. Estos países son considerados valiosos socios caribeños por EE.UU., ya que se busca promover cooperación regional para poner fin a la inmigración ilegal y contrarrestar el crimen organizado transnacional.
Estrategias para el Caribe
La portavoz del Departamento de Estado, Tammy Bruce, mencionó que este plan se alinea con lo que Washington denomina la «Iniciativa de Seguridad de la Cuenca del Caribe», cuyo objetivo es aumentar la colaboración en materia de seguridad. Esto incluye desmantelar redes criminales dedicadas al tráfico de narcóticos y armas.
Bruce agregó que estas medidas contribuirán a mejorar «la prosperidad económica compartida» y fortalecerán «la seguridad energética». Asimismo, se buscará desmantelar las redes criminales transnacionales y combatir las influencias malignas que amenazan la estabilidad del hemisferio.
Afrontando amenazas energéticas
Claver-Carone enfatizó que uno de los aspectos cruciales para EE.UU. es lograr que el Caribe disponga de seguridad energética, lo cual permitiría reducir su dependencia histórica respecto a Venezuela. Esta situación ha sido calificada por Washington como «el talón de Aquiles del Caribe». El vocero resaltó las oportunidades históricas para asegurar recursos energéticos en esta región.
Tanto Guyana como Surinam tienen potencial para suplir necesidades energéticas ante una posible disminución del suministro venezolano. Claver-Carone concluyó afirmando: «La seguridad de Guyana es una prioridad clave para nosotros», señalando las amenazas provenientes del régimen venezolano hacia instalaciones estratégicas como Exxon.