Captura de un mercenario británico en Rusia
Nuevas imágenes grabadas por la cámara corporal de un mercenario británico, capturado por las fuerzas rusas en la provincia de Kursk, han revelado momentos previos a su captura. En el video, se observa al mercenario James Anderson junto a otros dos soldados extranjeros, quienes se encuentran sentados en una trinchera en Rusia, conversando de manera despreocupada durante un ataque de artillería.
Durante la grabación, Anderson y sus compañeros intercambian bromas sobre el peligro que los rodea. Se muestran reacios a asomarse de la trinchera, optando en cambio por utilizar una cámara montada en un palo para registrar lo que sucede a su alrededor. El tono ligero de la conversación contrasta con la gravedad del contexto bélico: «No creo que tenga la cabeza levantada, amigo, cuando eso ocurra», dice uno de ellos mientras otro pregunta si lleva consigo un palo GoPro.
Conversaciones sobre tecnología y combate
En medio del ataque, los soldados comentan sobre el sonido de los sistemas de lanzamiento múltiple Grad que se escuchaban esa mañana. Posteriormente, la charla se desvía hacia los satélites Starlink y su uso en el campo de batalla. Los mercenarios expresan su incertidumbre sobre quién financia sus suscripciones a estos dispositivos, mencionando que son prestados por militares ucranianos. Uno de ellos menciona a un soldado conocido como Levsha, quien aún posee su equipo Starlink.
Un segundo video grabado por una cámara GoPro muestra los tensos momentos previos a la captura de Anderson. En este material audiovisual se evidencia un enfrentamiento con soldados rusos en una zona boscosa. Un combatiente ucraniano expresa su confusión sobre hacia dónde dirigirse, y Anderson responde con determinación: «Voy a dispararles, joder». Sin embargo, poco después es sometido por efectivos del 5.º batallón de la 810.ª brigada de infantería marina rusa.
Identificación y condena
A pesar de intentar hacerse pasar por estadounidense y afirmar no entender las órdenes dadas por los soldados rusos, fue identificado como James Anderson. Este mercenario británico había sido sentenciado a 19 años de prisión en régimen de máxima seguridad tras ser declarado culpable de terrorismo y mercenarismo a principios del mes de marzo.