Militares en la frontera: un cambio radical en la seguridad según jefe de la Patrulla Fronteriza de San Diego

La reciente implementación de tropas militares estadounidenses en la frontera sur ha generado un notable impacto en la seguridad fronteriza. Según declaraciones del jefe de la Patrulla Fronteriza de Estados Unidos, esta medida ha actuado como un «multiplicador de fuerza», permitiendo a los agentes concentrarse en tareas críticas de aplicación de la ley.

Las fuerzas armadas, que incluyen efectivos del Ejército, la Marina y los Marines, han colaborado en esfuerzos de vigilancia, detección e infraestructura. Esto ha incluido el refuerzo de barreras con alambre de púas, lo que ha permitido a los agentes responder más rápidamente a intentos de cruce ilegal.

Resultados significativos en las cifras

El jefe de la Patrulla Fronteriza, Mike Banks, reportó una disminución del 94 por ciento en los cruces ilegales, con un descenso diario de detenciones que pasó de 4,800 en 2023 a solo 285 en 2024. Este cambio se atribuye tanto al apoyo militar como a políticas más estrictas en materia de inmigración.

Las políticas implementadas durante la administración Trump, tales como deportaciones sumarias y el cierre de vacíos legales en el sistema de asilo, han desalentado los intentos de entrada ilegal. Actualmente, se orienta a los migrantes hacia puertos de entrada o embajadas para realizar sus solicitudes de asilo.

La colaboración entre las fuerzas militares, la Guardia Nacional de Texas y la Patrulla Fronteriza ha fortalecido las barreras físicas y enviado un mensaje disuasorio claro. Esta estrategia demuestra la efectividad de un enfoque robusto y multidisciplinario para garantizar la seguridad fronteriza.

Un cambio radical en las dinámicas migratorias

Jeffrey Stalnaker, agente jefe interino del sector San Diego de la USBP, destacó que la presencia militar ha permitido que los agentes se enfoquen en tareas esenciales. La participación activa del Ejército y otros cuerpos militares ha liberado recursos para abordar más eficientemente las infracciones migratorias.

La unidad Task Force Sapper, compuesta por cerca de 500 Marines, ha sido clave en el fortalecimiento físico de las barreras fronterizas. Además del trabajo constructivo, estos Marines participan también en actividades de vigilancia y detección, mientras que ingenieros del Ejército y policías militares han mejorado las capacidades observacionales apoyando a sus colegas marinos.

Los resultados son contundentes: según datos compartidos por Banks con CBS News, las detenciones fronterizas cayeron drásticamente a 30,000 en febrero pasado, comparadas con más de 130,000 encuentros registrados durante el mismo mes del año anterior. Este descenso es parte de una tendencia que comenzó a mediados de 2024 tras la imposición de restricciones más severas al asilo por parte del gobierno actual.

Estrategias efectivas para disuadir intentos ilegales

Banks enfatizó que «cuanto mayor es el castigo, mayor es el efecto disuasorio». Desde el inicio del mandato actual, solo dos migrantes han sido liberados tras cruzar ilegalmente; estas excepciones están vinculadas a procesos penales. El mensaje es claro: aquellos que crucen entre puertos no serán liberados.

La participación militar no solamente ha reforzado barreras físicas; también ha transmitido un mensaje inequívoco a potenciales migrantes. Las medidas adoptadas para cerrar vacíos legales y aplicar deportaciones sumarias han logrado desincentivar intentos ilegales. Actualmente, se instruye a los migrantes para que realicen sus solicitudes desde puertos o embajadas en sus países originarios.

A medida que se consolidan estas estrategias y se obtienen resultados tangibles, queda claro que el despliegue militar es un componente crucial para fortalecer la seguridad fronteriza. La combinación efectiva entre diversas agencias está demostrando ser fundamental para proteger las fronteras nacionales.

Pueden ver este clip sobre las ciudades fronterizas siendo despejadas ante el despliegue militar.

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