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Mejorar la salud intestinal podría ser clave para un sueño reparador
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Mejorar la salud intestinal podría ser clave para un sueño reparador

viernes 21 de marzo de 2025, 14:06h

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La salud intestinal puede ser clave para mejorar la calidad del sueño. Un intestino en mal estado interfiere con la producción de serotonina y melatonina, lo que provoca alteraciones en el sueño. La inflamación crónica derivada de un desequilibrio intestinal estresa el sistema nervioso, dificultando la relajación. Se presentan seis consejos prácticos para mejorar la salud intestinal y, por ende, la calidad del sueño: consumir más fibra, iniciar un régimen de probióticos, limitar alimentos procesados y azúcares, realizar un informe de salud funcional, mantenerse bien hidratado y reducir las comidas nocturnas. Entender la conexión entre el intestino y el sueño es fundamental en un contexto donde los trastornos del sueño son cada vez más comunes. Para más información, visita el enlace.

La salud intestinal puede ser un factor determinante en la calidad del sueño. Diversos estudios han demostrado que un intestino en mal estado interfiere con la producción de serotonina y melatonina, lo que puede provocar alteraciones en el sueño. Además, la inflamación crónica originada por un desequilibrio en la flora intestinal ejerce presión sobre el sistema nervioso, dificultando la relajación.

Para mejorar tanto la salud intestinal como la calidad del sueño, se presentan seis recomendaciones prácticas. Estas incluyen una dieta rica en fibra, el consumo de probióticos y una adecuada hidratación. Por otro lado, las comidas tardías y los alimentos procesados son considerados como factores que afectan negativamente tanto al sueño como a la salud digestiva.

La microbiota intestinal y su impacto en el sueño

El bienestar durante la noche podría estar más relacionado con el estado de nuestro intestino que con hábitos como la rutina antes de dormir o el tipo de colchón utilizado. Investigaciones recientes sugieren que la salud del microbioma intestinal desempeña un papel crucial en la regulación del sueño, el estado de ánimo y el bienestar general. Sam Tejada, autor del libro Cómo triunfar en el bienestar moderno, explica que existe una conexión profunda entre el intestino y el cerebro; un intestino poco saludable puede socavar incluso los hábitos de sueño más disciplinados.

Tejada señala: “Tu intestino y cerebro están profundamente conectados. Una mala salud intestinal puede ser un factor importante en las alteraciones del sueño.” Aunque problemas digestivos como el reflujo o la distensión abdominal son causas evidentes, él enfatiza que el problema es más complejo. Un intestino desequilibrado puede llevar a una inflamación crónica, lo que estresa al sistema nervioso y provoca una sensación de inquietud cuando es momento de descansar.

En un contexto donde los trastornos del sueño están en aumento y las condiciones crónicas relacionadas con un descanso deficiente —como diabetes, enfermedades cardíacas y depresión— son cada vez más comunes, comprender esta conexión entre intestino y sueño podría resultar transformador.

Conexión entre intestino y sueño: más allá de la digestión

El intestino es conocido como “el segundo cerebro” por una buena razón. Aproximadamente el 90% de la serotonina, neurotransmisor que se convierte en melatonina (la hormona del sueño), se produce en esta parte del cuerpo. Tejada explica: “Si tu intestino está poco saludable, resulta difícil absorber los nutrientes de los alimentos o suplementos, lo que puede alterar los niveles de serotonina y, a su vez, afectar la producción de melatonina.”

Dicha alteración no solo provoca insomnio; también tiene efectos negativos sobre la salud general. La privación crónica del sueño se asocia con un deterioro cognitivo, debilitamiento del sistema inmunológico e incremento de la inflamación, lo cual puede facilitar el desarrollo de diversas enfermedades crónicas.

Estudios recientes han resaltado además cómo el intestino regula los ritmos circadianos. Algunas bacterias intestinales producen neurotransmisores que favorecen un sueño profundo; sin embargo, un microbioma desequilibrado puede desajustar estos ritmos. Por ejemplo, una investigación realizada por Clarkson University encontró una posible relación entre la salud intestinal y rasgos de personalidad, sugiriendo que su influencia va mucho más allá de la simple digestión.

Sugerencias para mejorar tu intestino y optimizar tu descanso

1. Aumenta tu ingesta de fibra

Los alimentos ricos en fibra como frutas, verduras, ajo, cebollas y espárragos alimentan a las bacterias beneficiosas del intestino y apoyan la digestión. A pesar de su importancia, solo un 7% de las personas cumple con la ingesta diaria recomendada de fibra. Esta también ayuda a estabilizar los niveles de azúcar en sangre, promueve la salud cardiovascular y contribuye al control del peso.

2. Inicia un régimen probiótico

Los probióticos presentes en alimentos como el yogur o suplementos ayudan a equilibrar las bacterias intestinales, reducen la inflamación y mejoran la producción de serotonina. Investigaciones han mostrado que ciertas cepas bacterianas asociadas a dietas bajas en fibra y altas en azúcares pueden contribuir incluso al cáncer colorrectal precoz.

3. Limita los alimentos procesados y azúcares

Los alimentos procesados y azúcares alimentan a las bacterias dañinas e incrementan la inflamación intestinal, afectando así al sueño. Un estudio realizado en 2023 reveló que dietas ricas en azúcares y grasas saturadas estaban relacionadas con una mala calidad del sueño.

4. Obtén un informe funcional sobre tu salud

Un informe funcional sobre salud sintetiza resultados de pruebas laboratoriales para identificar desequilibrios intestinales y recomendar intervenciones específicas. Según Tejada: “Puede ayudar a reparar el intestino y mejorar la absorción de nutrientes.”

5. Mantente bien hidratado

Mantenerse hidratado es esencial para una buena digestión y relajación. Aunque seguir la regla de “ocho vasos al día” es un buen comienzo, algunos expertos sugieren beber medio peso corporal (en onzas) diariamente; sin embargo, consumir agua antes de acostarse puede interrumpir el sueño.

6. Reduce las comidas nocturnas

Cenar tarde altera los ritmos circadianos y dificulta la digestión antes del descanso nocturno. Un estudio realizado en 2023 encontró que consumir alimentos después de las 9 p.m. aumentaba el riesgo de accidente cerebrovascular hasta en un 28%. Los especialistas recomiendan terminar con las comidas antes de las 7 p.m., alineándose así con los ritmos naturales del cuerpo.

La conexión entre intestino y sueño no es un concepto nuevo; sistemas tradicionales como Ayurveda y Medicina Tradicional China han subrayado durante siglos su relevancia para el bienestar integral. Sin embargo, ahora es evidente cómo estas antiguas enseñanzas encuentran respaldo científico moderno.

Fuentes consultadas:

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