Bárbara Bacilieri, una azafata con gran presencia en redes sociales, ha compartido su opinión sobre una práctica común entre los pasajeros de avión: el aplaudir tras el aterrizaje. Esta costumbre, que muchos consideran un gesto de agradecimiento hacia los pilotos por haber llegado a salvo a su destino, es cuestionada por Bacilieri, quien sostiene que los pilotos «no escuchan» esos aplausos debido al aislamiento acústico de la cabina. En un video publicado en TikTok, donde cuenta con más de cuatro millones de seguidores, la auxiliar de vuelo explica que la puerta de la cabina aísla el sonido.
Una elección personal y sus implicaciones
Bacilieri reconoce que aplaudir puede ser una forma para algunos pasajeros de liberar el estrés acumulado durante el vuelo, especialmente después de aterrizajes difíciles. Para aquellos que sufren de miedo a volar, llegar sin contratiempos representa un alivio significativo. Sin embargo, la azafata aconseja esperar hasta que el avión «esté completamente estacionado» en su posición final antes de celebrar.
La azafata también advierte sobre la posibilidad de situaciones inesperadas incluso después del aterrizaje. Según explica, “todavía pueden ocurrir situaciones inesperadas”, como problemas con los frenos o reventones de neumáticos al tocar tierra, lo que podría llevar a una evacuación del avión. Enfatiza que un aterrizaje exitoso es resultado del esfuerzo conjunto no solo de los pilotos, sino también del trabajo coordinado de muchas personas tanto en el aire como en tierra.
Reflexiones finales
En conclusión, aunque aplaudir al aterrizar puede ser visto como un acto simbólico y emocional para muchos pasajeros, Bacilieri invita a reflexionar sobre la seguridad y las realidades del proceso de aterrizaje. Su mensaje resuena como un recordatorio importante acerca del trabajo en equipo que implica cada vuelo.
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