Disney ha despedido a cientos de empleados en medio de una caída histórica en la audiencia y una reducción de sus beneficios. Según informes, la compañía está llevando a cabo despidos masivos que afectarán a varios programas de ABC News, incluyendo la fusión de “20/20” y “Nightline” en una sola unidad. Además, se ha anunciado el cierre total del sitio de noticias 538, conocido por su enfoque en datos y análisis.
De acuerdo con The Wall Street Journal, estas decisiones son parte de un esfuerzo más amplio para reestructurar las divisiones de noticias y entretenimiento de Disney, que incluyen Freeform y FX. Estos recortes se producen en un contexto donde Disney ha estado enfrentando pérdidas significativas debido a la disminución del interés en los servicios de cable tradicionales, mientras que los anunciantes se están trasladando hacia plataformas digitales y servicios de streaming.
Un cambio significativo en el panorama mediático
La temporalidad de estos despidos es especialmente reveladora. Ocurren poco más de una semana después del despido de Joy Reid, una figura controvertida en MSNBC, cuyo índice de audiencia colapsó tras la reelección del presidente Trump en noviembre de 2024. La salida de Reid, junto con los recortes en Disney, pone de manifiesto una tendencia más amplia: un creciente rechazo por parte del público estadounidense hacia los medios que promueven políticas identitarias y teorías conspirativas.
Este declive no ocurre en un vacío. Millones de personas han optado por alejarse de los medios tradicionales, prefiriendo alternativas como X (anteriormente Twitter), podcasts extensos y fuentes informativas independientes. Personalidades como Joe Rogan han ganado relevancia al ofrecer comentarios sin filtros y cuestionar las narrativas impuestas por los medios corporativos.
Contexto histórico: La evolución del activismo corporativo
Para comprender la importancia de los despidos en Disney, es fundamental revisar el ascenso del activismo corporativo relacionado con la diversidad, equidad e inclusión (DEI) en Estados Unidos. Durante la última década, muchas empresas han adoptado causas progresistas, frecuentemente a expensas de su negocio principal. Las iniciativas DEI, inicialmente concebidas para promover la equidad, se transformaron en una ortodoxia rígida que priorizó ideologías sobre méritos individuales y alienó a amplios sectores del público.
Esta tendencia alcanzó su punto máximo durante la presidencia de Trump, cuando las corporaciones intensificaron su oposición a valores conservadores. Sin embargo, esta estrategia generó una rápida respuesta negativa; las audiencias comenzaron a rechazar el constante énfasis en políticas identitarias y aquellas empresas que priorizaron el activismo sobre contenido de calidad experimentaron consecuencias severas.
Un nuevo amanecer para el pensamiento crítico
Los despidos recientes en Disney representan más que simples medidas para reducir costos; son un reflejo del cambio actual en el clima social y mediático. El dominio del activismo corporativo parece estar llegando a su fin. Los estadounidenses están abrazando una nueva era caracterizada por el pensamiento libre y un distanciamiento respecto a la propaganda empresarial.
Para muchos conservadores, este momento es motivo de celebración. La caída del enfoque basado en ideologías dentro de Disney simboliza una victoria para el sentido común y reafirma que la calidad del contenido no puede ser sustituida por agendas ideológicas. A medida que el panorama mediático continúa evolucionando, queda claro que el futuro pertenece a aquellos que valoran la verdad sobre las narrativas impuestas y el entretenimiento sobre la indoctrinación.
Como expresó un comentarista conservador: “La era woke ha terminado. Que comience una nueva era de libertad.”