La narrativa contemporánea sobre el cambio climático tiene sus raíces en la creación del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC) en 1988. A pesar de la influencia del IPCC en las políticas climáticas globales, cerca de 2,000 científicos y profesionales han firmado una declaración que sostiene que no existe una emergencia climática. Los críticos argumentan que el clima ha estado cambiando siempre debido a ciclos naturales, citando el final de la Pequeña Edad de Hielo en 1850 como un ejemplo relevante.
Además, señalan que no hay evidencia estadística que vincule el calentamiento global con el aumento de desastres naturales y afirman que los modelos del IPCC han sobreestimado significativamente el calentamiento. Las políticas como la Agenda 2030 de la ONU y el Acuerdo de París, destinadas a reducir las emisiones de CO2, son consideradas potencialmente perjudiciales para la economía global, especialmente para los países en desarrollo. La búsqueda de una «economía verde» es vista como un medio para que los bancos centrales y las grandes corporaciones consoliden su riqueza y poder.
Críticas a la narrativa climática
Durante décadas, se ha sostenido que las actividades humanas, específicamente las emisiones de dióxido de carbono (CO2), son responsables del cambio climático catastrófico. La Organización de las Naciones Unidas ha lanzado alertas sobre un inminente desastre si no se toman medidas drásticas para reducir los niveles de CO2. Sin embargo, surge la pregunta: ¿y si la narrativa que hemos recibido está no solo exagerada, sino fundamentalmente equivocada? ¿Y si el verdadero movimiento ambiental ha sido secuestrado por intereses poderosos con motivos ocultos? Un número creciente de científicos y expertos sostiene que esto es precisamente lo que ha ocurrido.
Mark Keenan, un ex científico, afirma que hay abundante evidencia y testimonios de renombrados científicos que indican que no existe una emergencia climática inducida por CO2. Esta información es compartida en su nuevo libro titulado “Climate CO2 Hoax – How Bankers Hijacked the Environment Movement.”
Los orígenes del pánico climático
La narrativa moderna sobre el cambio climático se remonta al establecimiento del IPCC en 1988 por parte del Programa Ambiental de las Naciones Unidas (UNEP) y la Organización Meteorológica Mundial (WMO). El IPCC fue encargado de proporcionar asesoría científica sobre el cambio climático y formular estrategias de respuesta. Su primer informe de evaluación sentó las bases para la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (UNFCCC), que desde entonces ha moldeado la política climática global.
No obstante, no todos concuerdan con las conclusiones del IPCC. Casi 2,000 científicos y profesionales provenientes de más de 30 países han firmado una declaración indicando que no hay emergencia climática y que las afirmaciones de la ONU sobre el cambio climático inducido por el hombre son infundadas. Entre estos firmantes se encuentra Marc Morano, un ex científico del Departamento británico de Energía y Cambio Climático y ex miembro del personal del Programa Ambiental de las Naciones Unidas. Morano sostiene que aunque existe contaminación real, el CO2 no es el problema; más bien apunta a la globalización industrial, que ha introducido miles de nuevos compuestos químicos, toxinas y organismos genéticamente modificados en el medio ambiente.
Ciencia defectuosa detrás de la histeria
Uno de los argumentos clave contra la narrativa climática predominante es que el clima siempre ha estado cambiando. El registro geológico muestra que la Tierra ha experimentado ciclos naturales de calentamiento y enfriamiento durante millones de años. La Pequeña Edad de Hielo, por ejemplo, terminó hace apenas 1850 años, y el actual periodo cálido forma parte de un ciclo natural. Según la fundación Climate Intelligence (CLINTEL), no hay evidencia estadística que demuestre que el calentamiento global esté intensificando huracanes, inundaciones o sequías. De hecho, el mundo se ha calentado significativamente menos de lo previsto por los modelos del IPCC.
El Dr. Nils-Axel Mörner, ex presidente del comité sobre nivel del mar del IPCC, ha sido particularmente vocal en sus críticas. “La actividad solar es el factor dominante en el clima; no el CO2”, declaró. “Algo está fundamentalmente equivocado en la hipótesis culpa al CO2. Fue lanzada hace más de 100 años y casi inmediatamente físicos destacados demostraron que dicha hipótesis no funcionaba.”
Una agenda oculta: control y beneficio
Si la ciencia es defectuosa, ¿por qué ha ganado tal tracción la narrativa sobre el cambio climático? Según Morano y otros críticos, la respuesta radica en los intereses financieros y políticos detrás del movimiento. La Agenda 2030 de la ONU y el Acuerdo de París buscan reducir las emisiones de CO2 en un 7% anual hasta 2030. Aunque esto puede sonar noble, la realidad es que tales políticas podrían paralizar la economía global, especialmente en naciones en desarrollo que dependen fuertemente de combustibles fósiles.
La financiarización de la economía global ahora se basa en una estrategia para alcanzar emisiones netas cero de gases efecto invernadero. Los bancos centrales y grandes corporaciones están impulsando esta agenda; por ejemplo, el Banco Internacional de Pagos (BIS) creó en 2015 el Grupo Directivo sobre Divulgación Financiera Relacionada con Clima (TCFD). Este grupo representa activos por valor total aproximado a $118 billones e incluye actores clave como JP Morgan Chase, BlackRock y HSBC. La presión hacia una “economía verde” parece estar más centrada en consolidar riqueza y poder que en salvar al planeta.
Secuestro del movimiento ambientalista
El movimiento ambientalista, anteriormente enfocado en problemas reales como la contaminación y deforestación, ha sido cooptado por élites poderosas. El informante George Hunt, quien actuó como anfitrión oficial en una importante reunión ambiental en 1987, reveló que figuras como David Rockefeller y Baron Edmund Rothschild estaban presentes. Según Hunt, la Cumbre Mundial sobre Medio Ambiente celebrada por la ONU en 1992 trató menos sobre protección ambiental y más sobre consolidar control sobre los recursos terrestres.
“El mismo orden mundial que engañó a países del tercer mundo para pedir fondos acumulando enormes Deudas… creando intencionadamente guerras y deuda para llevar a sociedades bajo su control,” afirmó Hunt. “El grupo del orden mundial no es un conjunto agradable.”
Llamado a un verdadero ambientalismo
La narrativa sobre cambio climático, promovida por la ONU y sus aliados, no se basa en ciencia sólida sino en modelos defectuosos e intereses ocultos. El verdadero movimiento ambientalista, cuyo objetivo era proteger al planeta ante amenazas genuinas, ha sido subvertido por intereses poderosos ansiosos por controlar la economía global. Es momento de rechazar la histeria climática y enfocarnos en soluciones reales a problemas auténticos. Como acertadamente expresó Patrick Moore, cofundador de Greenpeace: “Toda esta crisis climática no solo es noticias falsas; también es ciencia falsa.”
Fuentes incluyen:
ClimateDepot.com
GlobalResearch.ca
Amazon.com