Estados Unidos considera que el reino de Arabia Saudí se está escapando a su control y estaría fomentando divisiones internas en la familia real wahabí como preparación de un golpe de estado, según ha podido saber Mil21 en fuentes de inteligencia árabes del Golfo Pérsico.
La CIA busca un recambio del Rey Salmán Bin Abdulaziz Al Saúd -llegó al poder en enero de este año- debido al giro de 180 grados dado a la política exterior del Reino al adquirir armamento y reactores nucleares en Francia, y establecer contactos discretos con la Rusia de Putin.
La brusca ruptura del equilibrio geopolítico en la región, es vista con preocupación por la Casa Blanca, El Pentágono y los servicios de inteligencia norteamericanos, señalan las fuentes consultadas.
La irrupción en el mercado mundial del petróleo de hidrocarburos procedentes de esquistos, ha supuesto una revolución en el panorama energético al colocar a Estados Unidos entre los primeros puestos de los países productores.
La reacción de Arabia Saudí, que lideraba hasta hace poco las exportaciones mundiales de crudo, ha sido hundir los precios hasta mínimos históricos con la finalidad de encarecer las extracciones norteamericanas por la técnica del fracking.
El cambio operado por la política exterior de la Casa Blanca al iniciar negociaciones secretas con Irán, provocó una profunda irritación en Ryad que se tradujo en alarma cuando en las fronteras sur del Reino wahabí se inició la revuelta huzi.
Alentada y apoyada por Irán, la rebelión derrocó al presidente de Yemen, Abderabo Mansur Hadi, que se vio obligado a refugiarse en Ryad. La inteligencia saudí sospechó desde un principio que el calendario de los sucesos en la península arábiga no era fortuito.
Arabia Saudí se acerca a Francia
La guerra del Yemen ha obligado al Rey Salmán a buscar nuevos proveedores de armas en el convencimiento de que su proveedor tradicional, Estados Unidos, les cortará el grifo en algún momento. Sobre todo en el suministro de piezas de repuesto y munición, que en cuestión de semanas convertiría el arsenal saudí en chatarra.
Mientras que en los últimos tiempos Washington se ha limitado a vender a los “aliados saudíes” aviones de transporte y cisterna, Francia está firmando acuerdos históricos de suministro de armamento al rey Salmán.
La reunión de la “Comisión conjunta franco-saudí” celebrada hace una semana en París, ha supuesto la firma de contratos de armamento valorados en 12.000 millones de dólares.
Las autoridades francesas se muestran exultantes, y no es para menos. El propio ministro de la Defensa saudí, Mohamed Ben Salman Al Saud, hijo del rey Salmán, ha estampado su firma en un primer contrato para adquirir 23 helicópteros fabricados por Airbus, por importe de 500 millones de dólares, que completan el pedido civil de 30 aviones Airbus A320 y otros 20 A330, valorado en 8.000 millones de euros.
Pero lo que realmente espera la industria armamentista gala es desbancar a Estados Unidos en la venta de patrulleras rápidas de combate y fragatas FREMM, cuya negociaciones ya están en curso.
Los mega contratos firmados entre París y Ryad se completarían con la venta de dos reactores atómicos presurizados (RPE) de última generación. En París se habla ya de una veintena de contratos que alcanzarían los 20.000 millones de dólares.
Sospechosos ataques de Yemen
El lanzamiento de un misil Scud contra una base militar en territorio saudí por la milicia huzi yemení ha creado un fuerte malestar entre las autoridades de Ryad. “No es casual esta intensificación de la guerra”, sugieren los servicios de inteligencia saudíes.
Desde Francia no se ve con malos ojos la escalada militar contra los saudíes por parte de su vecino yemení. París sabe que las ventas del cazabombardero Rafale a Líbano (2.400 millones de dólares) y a Egipto (5.200 millones de dólares) se hicieron con el beneplácito saudí, principal suministrador de fondos a sus aliados árabes.
El Elíseo espera que Ryad madure su decisión de encargar a Francia modernos sistemas de alerta y defensa antiaéreas, con misiles Crotale para los buques de guerra; y Aster, Mistral y Roland de tierra-aire, de corto y medio alcance.
París es consciente de que la aviación de guerra saudí seguirá siendo norteamericana en el próximo decenio, siempre que disponga de repuestos en abundancia. Hace dos años Ryad adquirió 84 cazabombarderos F-15 y 178 helicópteros de ataque Apache y Black Hawk. La “excusa” del armamento nuclear iraní ha permitido a Washington vender sus mejores aviones de guerra a todas las monarquías del Golfo. Sin embargo, ahora el tablero geopolítico ha dado la vuelta e Irán ha empezado a jugar al lado de Estados Unidos.
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