En una rueda de prensa ofrecida este viernes en La Moncloa, la vicepresidenta y ministra de Economía y Transformación Digital, Nadia Calviño, junto a la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, presentaron el nuevo cuadro macroeconómico que acompaña al Programa de Estabilidad 2020 y el Plan Nacional de Reformas que el Gobierno remitió ayer, jueves, a la Comisión Europea.
Las nuevas previsiones apuntan a una caída del PIB este año del 9,2%, para registrar un crecimiento del 6,8% en 2021. “La reducción del PIB en 2020 es intensa, la recuperación en 2021 también”, valoró Calviño.
Mientras, la tasa de paro se disparará hasta el 19% en el presente ejercicio y se reducirá al 17,2% el próximo. El empleo, medido en horas trabajadas, se reducirá un 9,7% este año, y aumentará un 5,7% el próximo.
Por su parte, el consumo privado tendrá una aportación negativa este año (-8,8), y positiva el próximo (+4,7), mientras que el consumo público se mantendrá en positivo tanto este año como el que viene.
Las exportaciones se contraerán un 27,1% en 2020 para rebotar un 11,6% en 2021, y las importaciones descenderán un 31% en el ejercicio en curso y repuntarán un 9,3% en el próximo.
Calviño calificó las previsiones de “prudentes” e incidió en que están marcadas por la incertidumbre asociada a la evolución de la pandemia. Quiso destacar que también son cifras “coherentes” con un impacto de la crisis que se estima para España en forme de “V asimétrica”, es decir, “la caída de la actividad económica está siendo muy intensa, mientras que la recuperación será previsiblemente más gradual”, según explicó Calviño. Además, señaló que se ha optado por la previsión “más pesimista” ante el contexto de “incertidumbre”.
La vicepresidenta relató que antes de la crisis, la economía española registraba un crecimiento “quizás menos intenso que en años pasados, pero más equilibrado” y que “el shock inesperado del Covid ha puesto un fin abrupto a este ciclo positivo de crecimiento iniciado en 2014”, con lo que “el escenario ha cambiado por completo”.
Señaló que el impacto está siendo “mayor” a corto plazo que la crisis de 2008, pero que la caída en el empleo ha sido menor “en gran medida gracias” a los Expedientes de Regulación Temporal de Empleo (ERTE). Insistió en que se sigue trabajando con los agentes sociales para acordar la extensión de los ERTE de fuerza mayor más allá del periodo de alarma.
Calviño valoró que las medidas adoptadas por el Gobierno “están permitiendo suavizar el impacto económico y social” y están protegiendo a más de seis millones de personas. Apeló a que con el proceso de desescalada se recupere “cuanto antes” la actividad. Aseguró que el Gobierno “apoyará a los distintos sectores” para retomar la actividad previa a la crisis.
Confió en que la desescalada siga los plazos marcados por el Ejecutivo, comenzando este mes y finalizando en junio, y en que “no haya que dar ningún paso atrás”.
ÁMBITO EUROPEO
Por otra parte, la ministra explicó que en el seno de la Unión Europea se está trabajando en un “refuerzo de la capacidad de garantía” del Banco Europeo de Inversiones (BEI), para complementar los avales del ICO; en el programa ‘Sure’ de apoyo a los mecanismos de suspensión temporal de empleo y que se espera que el 1 de junio ya esté aprobado, y en un mecanismo para financiar gasto sanitario a través del Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE). En este sentido, Calviño subrayó la postura española de que se mutualice la deuda pública con los llamados ‘coronabonos’
Preguntada por la situación financiera de algunas aerolíneas y sus peticiones de avales del ICO, la vicepresidenta respondió que a este asunto se le está dando una respuesta a nivel europeo y nacional y la Comisión Europea “está en el proceso de consultas y preparación de un marco legal para cubrir este tipo de ayudas públicas al sector aéreo”. Además, dijo que “la solvencia financiera de algunas aerolíneas ya estaba muy debilitada antes de que llegase esta crisis y eso puede haber llevado a determinadas decisiones que pueden no ser necesarias para aerolíneas que tienen una situación financiera mucho más solvente”.
Defendió que los avales del ICO pretenden dar liquidez y contribuir a “la continuidad de las empresas”.