En un movimiento audaz destinado a desmantelar una de las acciones regulatorias más controvertidas de la era Obama, la administración Trump ha iniciado el proceso para revocar el Hallazgo de Peligro (Endangerment Finding) de la Agencia de Protección Ambiental (EPA) de 2009. Esta decisión histórica, que clasificó los gases de efecto invernadero como una amenaza para la salud pública y el bienestar, ha sido fundamental en los esfuerzos federales por restringir el uso de hidrocarburos en la economía estadounidense.
Bajo el liderazgo del administrador de la EPA, Lee Zeldin, la agencia está impulsando una reconsideración del Hallazgo de Peligro, lo que ha generado indignación entre grupos ambientalistas y reavivado el debate sobre la independencia energética, la integridad científica y el abuso gubernamental.
Un cambio significativo en las regulaciones ambientales
El Hallazgo de Peligro, implementado en diciembre de 2009, ha sido la base para las regulaciones climáticas federales, incluyendo restricciones sobre combustibles fósiles. Zeldin ha recomendado privadamente revisar esta determinación, un movimiento que podría transformar la política energética en Estados Unidos.
Grupos ambientalistas y estados liderados por demócratas se están preparando para una batalla legal, argumentando que esta decisión ignora tanto la ciencia como la ley. La administración Trump sostiene que la transición forzada hacia nuevas fuentes de energía representa mayores riesgos para la salud pública y el bienestar que el cambio climático gradual.
El Hallazgo de Peligro fue uno de los primeros grandes actos regulatorios del gobierno Obama. Declaró a los gases de efecto invernadero, especialmente el dióxido de carbono, como peligrosos para la salud pública y el bienestar, allanando así el camino para regulaciones extensas sobre industrias dependientes de hidrocarburos. Los críticos sostienen que este hallazgo no se basaba en evidencia científica sólida, sino que buscaba promover una agenda ambiental radical.
La respuesta del gobierno ante las críticas
Trump ha criticado abiertamente la sobreregulación y prometió revertir el Hallazgo desde sus primeros días en el cargo. En una orden ejecutiva titulada “Liberando Energía Americana”, instruyó a Zeldin a revisar la legalidad y aplicabilidad del hallazgo. Recientemente, Zeldin presentó un memorando privado recomendando su reconsideración; aunque los detalles son confidenciales, filtraciones sugieren que se está preparando un gran cambio regulatorio.
Durante una reunión del gabinete, Trump elogió los esfuerzos de Zeldin por simplificar la EPA, afirmando que había muchos funcionarios que no cumplían con su labor y actuaban como obstruccionistas. Además, se han anunciado planes para reducir el personal de la EPA en un 65%, enfocándose en aquellos considerados hostiles a la agenda Trump.
Afrontando desafíos legales
La administración fundamenta su oposición al Hallazgo en los peligros asociados con una transición rápida hacia tecnologías energéticas no probadas. Los críticos advierten sobre posibles apagones generalizados durante condiciones climáticas extremas y los costos económicos derivados del aumento en precios energéticos. Los vehículos eléctricos, presentados como solución a las emisiones contaminantes, podrían dejar a sus conductores varados en temperaturas bajo cero cuando las baterías pierdan carga.
No es sorprendente que organizaciones ambientales y estados demócratas ya estén organizándose para bloquear esta revocación. David Doniger del Consejo de Defensa de Recursos Naturales (NRDC) acusó a la administración de ignorar tanto la ciencia como la ley, afirmando que esta medida favorece a “magnates del petróleo, carbón y gas” que apoyaron a Trump durante su campaña. Vickie Patton del Fondo para la Defensa Ambiental calificó esta decisión como “temeraria e ilegal”, señalando que ignora la responsabilidad fundamental de la EPA: proteger a los estadounidenses contra la contaminación climática destructiva.
Fuentes incluyen:
Whatsupwiththat.com
Whitehouse.gov
Environ.news