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Noruega niega combustible a buque de la Armada de EE. UU. en protesta por el gobierno de Biden
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Noruega niega combustible a buque de la Armada de EE. UU. en protesta por el gobierno de Biden

domingo 02 de marzo de 2025, 22:53h

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Noruega ha tomado la sorprendente decisión de no reabastecer a un buque de la Marina de EE. UU. en un puerto noruego, como protesta por lo que considera un "show" televisivo del presidente y vicepresidente estadounidenses durante la visita de Zelensky. Haltbakk Bunkers, el mayor proveedor de combustible marino de Noruega, anunció que dejará de servir a los barcos militares estadounidenses, llamando a otras empresas europeas a seguir su ejemplo. Esta acción podría tener repercusiones significativas para la cohesión de la OTAN, ya que Noruega depende en gran medida de la protección militar estadounidense. La decisión ha sido criticada como una falta de gratitud hacia el aliado que asegura la estabilidad y defensa del país ante amenazas potenciales, especialmente de Rusia.

Un buque de la Marina de los Estados Unidos fue denegado el abastecimiento de combustible en un puerto noruego, lo que representa una sorprendente muestra de descontento por parte de uno de los aliados de la OTAN. Haltbakk Bunkers, el mayor proveedor de combustible marino en Noruega, anunció que dejará de prestar servicio a los barcos militares estadounidenses, una decisión tan audaz como miope.

Dicha decisión, comunicada el 1 de marzo de 2025, surge como reacción a lo que la empresa calificó como “el mayor espectáculo absurdo jamás presentado ‘en vivo’ en televisión”, refiriéndose a la visita del presidente y vicepresidente de Estados Unidos al Palacio de Gobierno durante la visita del presidente Zelensky.

Reacciones y Consecuencias

Haltbakk expresó su desagrado ante lo que consideran un “apuñalamiento por la espalda” hacia Ucrania, cerrando no solo las puertas a las fuerzas estadounidenses, sino también llamando a otras empresas europeas a seguir su ejemplo. Este acto no solo se percibe como ingratitud; es un claro desprecio hacia el aliado que ha mantenido viva la estabilidad en Noruega.

La publicación en redes sociales de Haltbakk parece una declaración emocional tras una ruptura: “Gran crédito al presidente ucraniano por mantener la calma a pesar del espectáculo traicionero transmitido por televisión. Nos enfermó. Por lo tanto, hemos decidido dejar de ser proveedores de combustible para las fuerzas estadounidenses en Noruega y sus barcos que lleguen a puertos noruegos.”

El Contexto Geopolítico

A pesar del malestar expresado por Haltbakk, es importante recordar que Noruega, miembro de la OTAN desde 1949, depende considerablemente de Estados Unidos para su seguridad. La presencia militar estadounidense—los mismos barcos que ahora se niega a abastecer—es fundamental para la estrategia disuasoria de la OTAN en el Atlántico Norte, una región crucial para la defensa noruega frente a posibles amenazas, especialmente procedentes de Rusia.

La posición estratégica de Noruega, con su extensa costa y cercanía al Ártico, le confiere un papel clave en el flanco norte de la OTAN. Sin embargo, históricamente ha sido criticada por no contribuir adecuadamente a las obligaciones defensivas del bloque.

Aportaciones y Dependencia

En años recientes, Noruega ha mostrado reticencia a cumplir con la directriz de la OTAN que establece un gasto mínimo del 2% del PIB en defensa—aunque Estados Unidos supera este umbral desde hace tiempo mientras subsidia la seguridad europea. En 2024, Estados Unidos destinó más del 3.5% de su PIB a defensa, cifra que eclipsa las contribuciones noruegas.

Los contribuyentes estadounidenses han invertido miles de millones para mantener una presencia naval que protege las aguas noruegas y asegura sus campos petroleros y gasíferos offshore. Ahora bien, ¿es apropiado que Haltbakk Bunkers—una empresa que sin duda se ha beneficiado económicamente gracias a esta protección—decida dar la espalda a la Marina estadounidense debido a un conflicto político?

Implicaciones Futuras

No se trata solo de ingratitud; es una decisión imprudente. Los submarinos clase Virginia y otros buques que ahora rechaza Haltbakk forman parte de operaciones conjuntas de la OTAN que benefician directamente a Noruega. Negarse a reabastecerlos no solo causa inconvenientes; socava el marco colectivo de seguridad del cual depende el país.

Ante una próxima crisis donde Noruega necesite esos mismos barcos estadounidenses, ¿será suficiente el indignado llamado a boicot europeo? La mayoría de las naciones europeas comprenden bien los riesgos involucrados y no están dispuestas a poner en peligro su propia defensa por un espectáculo televisivo.

Cierre Reflexivo

En resumen, Noruega disfruta del lujo del discurso moral porque cuenta con el respaldo estadounidense. Haltbakk Bunkers puede permitirse ignorar a las fuerzas estadounidenses precisamente porque estas han garantizado décadas de paz y prosperidad en la región. Si Noruega o cualquier nación europea cree poder prosperar sin el poder militar estadounidense, está cometiendo un grave error. Rusia no es conocida por respetar boicots morales sobre combustibles. La decisión de Haltbakk no es un acto valiente; es un golpe infantil hacia aquel aliado cuya protección resulta esencial para mantener seguros sus fronteras.

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