Amazon ha aclarado que las compras de libros electrónicos a través de Kindle son, en realidad, licencias y no una forma de propiedad. Esto significa que tanto la compañía como los editores tienen la capacidad de revocar o modificar estos libros en cualquier momento. Esta revelación surge tras la implementación de una nueva ley en California que obliga a Amazon a divulgar los términos de licencia, aunque esta actualización se limita a Estados Unidos, dejando a los clientes internacionales sin información sobre sus derechos.
Además, Amazon ha eliminado la opción de descargar libros de Kindle mediante USB, lo que restringe aún más el control que los usuarios tienen sobre su contenido digital y su capacidad para realizar copias de seguridad o transferir archivos. Este asunto resalta un problema más amplio dentro de la industria, donde empresas como Apple y Google también comercializan contenido digital bajo acuerdos de licencia restrictivos.
La naturaleza engañosa del "comprar"
Críticos han señalado que términos como “comprar” y “adquirir” pueden resultar engañosos, ya que los consumidores carecen de propiedad permanente y control sobre sus adquisiciones digitales. En una época donde la conveniencia prevalece sobre la propiedad, Amazon finalmente está reconociendo lo que realmente obtienen los usuarios de Kindle: no libros físicos, sino licencias. Esto implica que los e-books adquiridos pueden ser revocados o alterados en cualquier momento por Amazon o el editor, lo cual contrasta notablemente con la permanencia de los libros impresos.
La declaración reciente ha generado críticas sobre la falta de transparencia por parte de Amazon y ha suscitado preocupaciones más amplias acerca de la naturaleza de la propiedad digital. Durante años, Amazon ha operado bajo el supuesto de que los clientes comprendían que estaban adquiriendo licencias en lugar de posesiones. Sin embargo, muchos consumidores siguen ignorando las pequeñas letras que rigen sus e-books, películas y otros descargas digitales.
Cambio significativo en la comunicación
La reciente actualización en la tienda Kindle en Estados Unidos incluye ahora un aviso: “Al realizar el pedido, usted está comprando una licencia para el contenido”. Este cambio, probablemente motivado por la nueva legislación californiana que exige claridad en los términos de licencia, representa un giro importante en la forma en que Amazon se comunica con sus clientes. Sin embargo, esta modificación es exclusiva para Estados Unidos, dejando desinformados a los clientes internacionales sobre la verdadera naturaleza de sus compras.
Este movimiento se produce tras años de críticas hacia las prácticas poco transparentes de Amazon. En 2009, la empresa fue noticia al eliminar remotamente copias de 1984 y Rebelión en la granja del Kindle de los usuarios debido a problemas relacionados con licencias. Aunque este incidente alertó a algunos usuarios sobre las implicaciones reales del uso del servicio, muchos todavía creen erróneamente que sus compras digitales son permanentes.
Nuevas restricciones para los usuarios
Aumentando la controversia, Amazon eliminó recientemente la capacidad para descargar libros Kindle mediante USB, una función disponible durante más de diez años. Aunque la compañía argumenta que este cambio se debe a una disminución en el uso del servicio, críticos sostienen que esto limita aún más el control del cliente sobre su contenido digital.
La eliminación de las descargas por USB significa que los usuarios ya no pueden respaldar fácilmente sus e-books ni transferirlos a dispositivos no Kindle. Para aquellos que valoran la propiedad y el control sobre su contenido digital, esta decisión es un recordatorio adicional del escaso poder que tienen los consumidores en el mercado digital.
Un problema más amplio en la era digital
Las prácticas adoptadas por Amazon no son exclusivas. En toda la industria tecnológica, compañías como Apple y Google también venden contenido digital bajo acuerdos de licencia que les otorgan un control extenso. Películas, música e incluso videojuegos pueden ser modificados o eliminados sin previo aviso por parte del proveedor.
El tema ha cobrado relevancia nuevamente cuando Amazon enfrentó una demanda por engañar a los clientes, haciéndoles creer que eran propietarios de películas digitales adquiridas. La demanda argumentaba que el uso por parte de Amazon de términos como “comprar” y “adquirir” era engañoso dado que reservan el derecho a revocar el acceso al contenido en cualquier momento.
“Los consumidores razonables esperarán que el uso del botón ‘Comprar’ y la representación de su Contenido Digital como una ‘Compra’ signifique que han pagado por acceso completo al mismo y, al igual que cualquier producto adquirido, ese acceso no puede ser revocado”, afirmaba la demanda. “Desafortunadamente para quienes optaron por ‘Comprar’, esto es engañoso y falso.”
A pesar del reciente avance hacia una mayor transparencia, persiste un problema más profundo relacionado con la propiedad digital —o su ausencia—. A medida que cada vez más consumidores recurren a plataformas digitales para acceder a libros, películas y otros contenidos multimedia, nunca ha sido tan crucial contar con una comunicación clara y directa acerca de los términos de licencia. Por ahora, recae sobre los consumidores leer las condiciones detalladas y comprender lo que realmente están adquiriendo —o licenciando— en el mercado digital.
Fuentes utilizadas para este artículo:
ReclaimTheNet.org
NYPost.com
NYTimes.com