La administración de Biden ha sido objeto de críticas tras la revelación de que el Servicio de Impuestos Internos (IRS) filtró ilegalmente información privada de más de 405,000 contribuyentes estadounidenses, incluyendo al expresidente Donald Trump. Este escándalo pone de manifiesto una grave violación de la confianza pública y evoca los incidentes ocurridos durante el mandato de Obama, cuando se acusó al IRS de dirigir su atención hacia grupos y personas conservadoras. Las implicaciones sobre el sesgo político y el abuso de poder dentro del organismo son motivo de preocupación para muchos ciudadanos.
Un trabajador contratado por el IRS, Charles Littlejohn, fue responsable del robo y divulgación de declaraciones fiscales y datos financieros a medios afines a la izquierda política. Su condena y encarcelamiento subrayan la gravedad del incidente, que resalta las deficiencias en la gestión del IRS respecto a este tipo de brechas, así como la falta de transparencia en su manejo.
Un escándalo con antecedentes
El IRS, encargado de recaudar impuestos y garantizar el cumplimiento de las leyes fiscales federales, enfrenta nuevamente un escándalo significativo. La filtración mencionada fue confirmada en una carta del comisionado interino del IRS, Douglas O'Donnell, dirigida al presidente del Comité Judicial de la Cámara, Jim Jordan. Esta situación ha llevado a cuestionar si el IRS se ha convertido en una herramienta utilizada por el gobierno federal para atacar a sus opositores políticos.
Este no es un caso aislado; representa un patrón preocupante que se remonta a la administración Obama. Durante ese periodo, se documentaron casos en los que grupos conservadores fueron objeto de un escrutinio excesivo debido a sus creencias políticas. Las similitudes entre ambas administraciones plantean serias dudas sobre la integridad del IRS y su compromiso con la transparencia.
Detalles del escándalo actual
La controversia comenzó en 2019 cuando Charles Littlejohn accedió ilegalmente a datos fiscales sensibles. A través de su trabajo para Booz Allen Hamilton, filtró esta información a medios como The New York Times y ProPublica. Estos utilizaron los datos robados para elaborar reportajes que atacaban a figuras prominentes como Jeff Bezos y Warren Buffett, además de reavivar el interés por las declaraciones fiscales del expresidente Trump.
Las acciones de Littlejohn no solo constituyen una violación ética sino también un delito federal. En octubre de 2023, se declaró culpable por la divulgación no autorizada de información fiscal y recibió una sentencia máxima de cinco años en prisión. La asistente del fiscal general Nicole Argentieri enfatizó que Littlejohn traicionó su responsabilidad al poner en riesgo información confidencial confiada a él.
Cuestionamientos sobre la respuesta institucional
A pesar de la condena impuesta a Littlejohn, la magnitud total de sus filtraciones no fue clara desde el principio. Inicialmente, el IRS estimó que solo 70,000 contribuyentes estaban afectados; sin embargo, en febrero de 2025 esa cifra se revisó a 405,427. La mayoría eran entidades comerciales. Esta discrepancia plantea interrogantes sobre cómo manejó el gobierno este escándalo y por qué tardó tanto tiempo en revelar la verdadera extensión del problema.
El escándalo actual recuerda al ocurrido durante la administración Obama, donde se descubrió que grupos conservadores enfrentaron un trato desigual bajo el mismo organismo. En aquel entonces, Lois Lerner pidió disculpas públicamente por las acciones del IRS pero investigaciones posteriores demostraron que estas prácticas eran deliberadas.
Reflexiones finales sobre la confianza pública
La falta de respuesta contundente ante estos abusos ha generado un clima generalizado de desconfianza hacia las instituciones gubernamentales. Los ciudadanos merecen un gobierno que respete su privacidad y actúe conforme a la ley. Sin embargo, han sido testigos durante más de una década de abusos sistemáticos por parte del IRS.
A medida que continúan las investigaciones lideradas por representantes como Jim Jordan, queda claro que es necesario elevar los estándares dentro del IRS. La ciudadanía exige respuestas claras y un gobierno que actúe en beneficio del pueblo y no como adversario.
La noticia en cifras
Cifra |
Descripción |
405,000 |
Número de estadounidenses cuyos datos fiscales fueron filtrados. |
70,000 |
Número inicialmente reportado de contribuyentes afectados. |
89% |
Porcentaje de las víctimas que eran entidades comerciales. |
5 años |
Sentencia máxima impuesta al contratista del IRS por la filtración. |