La Marcha Federal de Salud, organizada por sindicatos y organizaciones cercanas al kirchnerismo, no logró alcanzar la convocatoria esperada, lo que pone de manifiesto el cambio de paradigma promovido por el gobierno de Javier Milei. Durante la manifestación, los participantes intentaron difundir la idea de un supuesto desmantelamiento del sistema sanitario; sin embargo, el ministro de Salud, Mario Lugones, afirmó con firmeza: «Marchan porque se les terminaron los privilegios».
Una convocatoria débil y una sociedad que ya no respalda
A pesar de los esfuerzos realizados por los gremios y organizaciones afines, la marcha no alcanzó la masividad deseada. La movilización principal en Plaza de Mayo contó con una asistencia menor en comparación a ediciones anteriores, lo que refleja un cambio en la postura ciudadana, que parece haber dejado de respaldar este tipo de eventos.
Desde el Ministerio de Salud se sostiene que las críticas provienen de sectores que se beneficiaban de un sistema caracterizado por intermediaciones, sobreprecios y empleo militante, prácticas que la nueva administración está desarticulando. «La decadencia en la que recibimos el sistema de salud se explica, entre otras cosas, por los privilegios que existían. Lo estamos revirtiendo para que la salud en Argentina vuelva a ser de calidad», expresó Lugones.
El ajuste de privilegios en el sistema de salud
La gestión de Lugones ha implementado diversas medidas orientadas a ordenar las cuentas públicas y eliminar nichos de corrupción dentro del sistema sanitario. Entre las acciones más destacadas se encuentran:
- Eliminación de intermediaciones en obras sociales, que drenaban fondos ineficientemente.
- Corrección de sobreprecios en licitaciones y adquisiciones de medicamentos.
- Reducción de duplicidad de funciones y erradicación del empleo militante.
- Aumento salarial para el personal sanitario y mejor acceso a medicamentos.
Dichos ajustes han permitido ahorrar miles de millones, reinvirtiéndolos en mejoras concretas para el sistema sanitario. «Nosotros vinimos a terminar con eso. Y lo estamos haciendo», sostuvo el ministro.
Fin de los piquetes y el rechazo social a las marchas
Uno de los factores que también contribuyó al fracaso de la convocatoria fue la implementación del protocolo antipiquetes, diseñado para evitar caos en las vías públicas e interrupciones del tránsito. En este contexto, muchos ciudadanos ven con desconfianza a quienes persisten en protestar contra la eliminación de privilegios.
«Tienen todo el derecho del mundo a marchar, pero digamos las cosas como son: marchan porque se les terminaron los privilegios», declaró Lugones, dejando clara la postura del gobierno ante estas manifestaciones.
Parece evidente que la sociedad argentina ha modificado su percepción sobre las movilizaciones impulsadas por sectores que durante años se beneficiaron de estructuras que drenaban recursos estatales. El fracaso en la convocatoria refuerza la idea de que el ajuste ha llegado para quedarse y que el fin de los privilegios es un mandato claro respaldado por una mayoría significativa.