A diez años de los acuerdos de Minsk: un análisis del conflicto en Donbass
La portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores ruso, María Zajárova, afirmó recientemente que el denominado "sabotaje de Kiev", respaldado por Occidente durante los siete años de vigencia de los acuerdos de Minsk, evidencia una clara deshumanización hacia la población del Donbass. Según Zajárova, para las autoridades ucranianas, esta región representa únicamente un territorio y no a las personas que lo habitan.
El 12 de febrero marca el décimo aniversario de la firma de un conjunto de medidas para implementar dichos acuerdos, conocidos como Minsk II. En una declaración sobre los objetivos del pacto y las razones detrás de las violaciones por parte de Kiev, Zajárova denunció que a las autoridades ucranianas "no les importa el destino de millones de residentes rusos y de habla rusa". Esta actitud ha llevado a que se busque "enterrar" los acuerdos, que ofrecían una perspectiva real para la solución pacífica del conflicto interno y la reintegración del Donbass a Ucrania.
Objetivos ocultos y antecedentes históricos
Zajárova también destacó que el verdadero objetivo del gobierno ucraniano y sus aliados occidentales es eliminar toda presencia rusa en los vastos territorios que formaron parte de la antigua República Socialista Soviética. Esta estrategia ha sido un factor clave en el sabotaje sistemático a los acuerdos firmados hace una década.
En su intervención, la vocera proporcionó un resumen histórico del acuerdo, recordando que Minsk II fue firmado por representantes del Grupo de Contacto: partes en conflicto en el Donbass (Kiev, Donetsk y Lugansk) junto con mediadores como Rusia y la OSCE. Además, este pacto recibió respaldo internacional mediante la declaración conjunta de líderes del formato Normandía (Rusia, Alemania, Francia y Ucrania) y fue aprobado por la Resolución 2202 del Consejo de Seguridad de la ONU, convirtiéndose así en parte integral del derecho internacional.
Consecuencias del incumplimiento
Los acuerdos tenían como finalidad poner fin al conflicto armado en el sureste ucraniano, originado tras el golpe de Estado inconstitucional en Kiev en febrero de 2014. Establecían un procedimiento para la reintegración del Donbass a Ucrania bajo condiciones que garantizaban la preservación de la identidad cultural y lingüística de sus habitantes.
No obstante, según Zajárova, "los radicales que asumieron el poder impusieron su propio orden", violando libertades civiles y derechos humanos mientras reprimían con fuerza militar cualquier disidencia proveniente del Donbass. Apenas después de firmar las medidas acordadas, las autoridades ucranianas comenzaron a socavar sus compromisos al continuar los bombardeos en esta región. A pesar de esto, Occidente mantuvo una postura pasiva ante tales acciones.
Durante el conflicto en el este ucraniano han fallecido alrededor de 14.500 civiles y se han destruido cerca de 50.000 infraestructuras civiles. Desde Occidente se ha reconocido en múltiples ocasiones que los acuerdos fueron concebidos para "darle tiempo a Ucrania para volverse más fuerte".
La noticia en cifras
Cifra |
Descripción |
14,500 |
Civiles muertos en la región durante el conflicto |
50,000 |
Objetos civiles destruidos durante el conflicto |