China está en proceso de construcción de una extensa instalación de investigación sobre fusión nuclear en la ciudad de Mianyang, lo que ha generado tanto expectativas por avances en energía limpia como preocupaciones sobre su posible uso dual para el desarrollo de armas nucleares.
Imágenes satelitales analizadas por expertos indican que esta instalación es un 50% más grande que la Instalación Nacional de Ignición (NIF) de Estados Unidos, con un diseño similar destinado a experimentos de fusión impulsados por láser. Este proyecto podría posicionar a China en la vanguardia de la investigación sobre energía de fusión; sin embargo, su cercanía a un importante centro de investigación en armamento nuclear ha suscitado alarmas respecto a sus posibles aplicaciones militares.
Una instalación con implicaciones globales
La nueva instalación, ubicada en la provincia de Sichuan, cuenta con cuatro bays láser que convergen en una cámara experimental central, replicando el diseño del NIF estadounidense. Decker Eveleth, investigador en CNA Corp, estima que el área experimental china es significativamente más grande que su contraparte americana, lo que indica las ambiciosas metas de Pekín en tecnología de fusión.
La fusión nuclear, frecuentemente considerada el «santo grial» de la energía limpia, promete ser una fuente casi ilimitada de poder al replicar las reacciones que alimentan al sol. Sin embargo, esta misma tecnología puede utilizarse para simular explosiones nucleares, permitiendo a los países perfeccionar sus diseños de armas sin necesidad de realizar pruebas reales. Esta capacidad dual ha atraído la atención internacional, especialmente ante la rápida expansión del arsenal nuclear chino.
William Alberque, analista de políticas nucleares en el Centro Henry L. Stimson, declaró a Reuters: «Cualquier país con una instalación tipo NIF puede y probablemente aumentará su confianza y mejorará los diseños existentes de armas, facilitando el diseño de futuras bombas sin necesidad de pruebas».
Las ambiciones nucleares de China
La inversión china en investigación sobre fusión no es un fenómeno reciente. Desde finales del siglo XX, el país ha estado desarrollando tecnologías láser para la fusión por confinamiento inercial (ICF) y actualmente opera varias instalaciones láser, incluyendo el SG-III en Mianyang. Avances recientes, como mantener una temperatura del plasma de 100 millones de grados Celsius durante más de 1,000 segundos en el Tokamak Superconductor Experimental Avanzado (EAST), han consolidado a China como líder en este ámbito.
Estados Unidos también ha realizado progresos significativos; la NIF logró un «equilibrio científico» en 2022 al producir más energía a partir de una reacción de fusión que la utilizada para iniciarla. Sin embargo, el presupuesto anual para fusión en China—$1.5 mil millones—casi duplica al estadounidense, subrayando su compromiso por dominar este campo.
Esta instalación es solo una parte del amplio esfuerzo chino por alcanzar la supremacía tecnológica. El país también está avanzando notablemente en inteligencia artificial (IA), con empresas como DeepSeek aprovechando chips avanzados para desarrollar modelos competitivos a un costo inferior al de sus homólogos occidentales. Este rápido progreso ha generado inquietud en Silicon Valley, donde se ha considerado un «llamado a despertar» para las empresas tecnológicas estadounidenses.
Equilibrando progreso y seguridad
A pesar del inmenso potencial que ofrece la investigación sobre fusión para generar energía limpia, no se pueden pasar por alto sus posibles aplicaciones militares. El Tratado Integral sobre Prohibición de Ensayos Nucleares (CTBT), firmado tanto por China como por Estados Unidos, prohíbe las explosiones nucleares pero permite experimentos subcríticos y con láser. Esta laguna permite a las naciones avanzar sus capacidades nucleares sin infringir acuerdos internacionales.
A medida que se acerca la finalización de la instalación china dedicada a la fusión nuclear, la comunidad global enfrenta un delicado acto de equilibrio: fomentar el progreso científico mientras se mitigan los riesgos asociados con una carrera armamentista. Las implicaciones son significativas; esta tecnología podría revolucionar la producción energética o intensificar tensiones geopolíticas.
La masiva instalación investigativa sobre fusión nuclear en Mianyang representa un audaz paso hacia logros importantes en energía limpia; no obstante su posible uso dual para el desarrollo de armas nucleares, plantea preocupaciones significativas. A medida que se intensifica la competencia por la tecnología de fusión, el mundo observará atentamente si esta instalación se convierte en un faro de innovación o un punto crítico en la continua lucha por la supremacía tecnológica y militar.
Fuentes utilizadas para este artículo:
OilPrice.com
DailyMail.co.uk
Reuters.com
La noticia en cifras
Descripción |
Cifra |
Tamaño del nuevo facility comparado con el NIF de EE. UU. |
50% más grande |
Temperatura de plasma sostenida |
100 millones de grados Celsius |
Tiempo de sostenimiento del plasma |
Más de 1,000 segundos |
Presupuesto anual de fusión de China |
$1.5 mil millones |
Comparación del presupuesto anual de EE. UU. |
Casi la mitad del presupuesto chino |