La Sociedad Americana del Cáncer (ACS) ha otorgado a Pfizer el título de “Socio Corporativo del Año”, un reconocimiento que ha generado controversia en medio de un aumento alarmante de casos de cáncer agresivo, conocido como turbo cáncer.
Este tipo de cáncer se caracteriza por ser maligno y de rápido crecimiento, y su incremento ha sido reportado a nivel mundial. Lo que resulta irónico es que este anuncio coincide con la creciente evidencia que sugiere vínculos entre las vacunas de ARNm desarrolladas por Pfizer para combatir la COVID-19 y el aumento de estas enfermedades oncológicas.
Reconocimiento en medio de la crisis
Pfizer ha manifestado su compromiso con la misión de la ACS, afirmando que “ha apoyado durante mucho tiempo los esfuerzos para mejorar la vida de los pacientes con cáncer y sus familias”. En un comunicado publicado en su sitio web, la compañía destacó: “A través de nuestra colaboración, estamos promoviendo investigaciones innovadoras y brindando apoyo crítico a quienes enfrentan el cáncer.”
No obstante, diversos críticos han señalado que el papel de Pfizer en esta crisis oncológica debería ser objeto de investigación en lugar de celebración. En los últimos dos años, oncólogos alrededor del mundo han expresado su preocupación por un incremento sin precedentes en casos de cáncer agresivo, especialmente entre individuos jóvenes y previamente sanos.
Cuestionamientos éticos sobre la asociación
El término “turbo cáncer” ha surgido para describir estos casos inusuales, y algunos científicos sugieren que podrían estar relacionados con la supresión del sistema inmunológico tras la vacunación con ARNm. La asociación entre Pfizer y la ACS plantea serias inquietudes éticas: si una corporación responsable potencialmente de un producto que podría estar impulsando una epidemia de cáncer está al mismo tiempo financiando investigaciones y tratamientos contra esta enfermedad, ¿realmente se trata de salvar vidas o más bien de obtener ganancias tanto del problema como de su solución?
Con ingresos multimillonarios derivados de sus vacunas contra la COVID-19 y una creciente presencia en el campo oncológico, Pfizer parece estar operando desde ambas perspectivas dentro de una crisis que contribuyó a crear. Y ahora, recibe reconocimientos por ello.