Durante una mesa redonda con el presidente Donald Trump, la alcaldesa de Los Ángeles, Karen Bass, enfrentó una fuerte crítica por parte de los residentes tras afirmar que los propietarios podían comenzar a reconstruir inmediatamente, a pesar de que se les impide acceder a sus vecindarios devastados por incendios. Esta declaración generó indignación y escepticismo entre los afectados, quienes manifestaron su frustración al no poder siquiera observar el estado de sus hogares.
Los comentarios de Bass sobre la posibilidad de iniciar la reconstrucción fueron recibidos con incredulidad. Un residente expresó su descontento al señalar que había sido informado por el Cuerpo de Ingenieros del Ejército que el proceso de reconstrucción podría tardar hasta 18 meses. Las vagas promesas de la alcaldesa sobre la aceleración del proceso no lograron aliviar las preocupaciones de los presentes.
Desconfianza en la gestión municipal
La aprobación de Bass ha disminuido notablemente debido a las críticas sobre su manejo de la crisis, especialmente tras su ausencia durante los incendios debido a un viaje a África. Según una reciente encuesta realizada por Madison McQueen, más de la mitad de los habitantes de Los Ángeles desaprueban su liderazgo.
En el centro del conflicto se encuentra la falta de directrices claras por parte de las autoridades locales, lo que ha dejado a los residentes desplazados en una situación incierta y sin poder tomar decisiones cruciales sobre su futuro. La tensión fue palpable en la estación de bomberos del Pacific Palisades, donde los afectados exigieron respuestas concretas sobre cuándo podrían regresar a sus hogares.
Trump, quien visitó Los Ángeles para evaluar los daños y reunirse con líderes locales, criticó abiertamente a Bass. Le recordó que contaba con poderes de emergencia similares a los suyos y le instó a eliminar las demoras burocráticas. El presidente prometió apoyo federal para los esfuerzos de recuperación y cuestionó las justificaciones presentadas por las autoridades locales como obstáculos para el acceso inmediato a las propiedades.
Expectativas frustradas entre los damnificados
Para muchos propietarios presentes en la reunión, el encuentro no fue simplemente un intercambio político sino una búsqueda desesperada por respuestas ante una situación crítica. Muchos viven en alojamientos temporales y no saben cuánto tiempo más deberán permanecer así o si podrán regresar alguna vez a sus vecindarios. La falta de un cronograma claro ha intensificado su incertidumbre.
A pesar de que Bass afirmó que se estaban haciendo «todo lo posible», muchos asistentes consideraron sus palabras vacías. Su afirmación sobre que los residentes podían comenzar a limpiar sus propiedades fue recibida con burla, dado que todavía están impedidos de ingresar a sus comunidades.
El contraste entre la urgencia mostrada por Trump y la burocracia local se hizo evidente durante esta visita. El presidente se comprometió a declarar el esfuerzo de recuperación por incendio como una emergencia nacional, lo cual permitiría agilizar permisos federales para facilitar la reconstrucción. Además, criticó abiertamente al Federal Emergency Management Agency, calificándolo como «mal administrado» y sugiriendo que la ayuda debería ser gestionada a nivel estatal con financiamiento federal.
A pesar de sus tensas relaciones con el liderazgo californiano, Trump aseguró el apoyo total del gobierno federal y prometió regresar para celebrar la recuperación comunitaria.
«Vamos a revertir esto y vamos a abrir las arcas», afirmó durante su intervención.