El presidente Donald Trump ha firmado una orden ejecutiva que pone fin a la acción afirmativa y desmantela los programas de Diversidad, Equidad e Inclusión (DEI) en el ámbito de la contratación federal, el empleo y las universidades. Esta medida prohíbe la discriminación basada en la raza, enfatizando prácticas de contratación y educación basadas en el mérito.
Según la nueva directiva, todas las agencias federales deben colocar a los empleados de DEI en licencia paga y desmantelar las oficinas de DEI antes del 31 de enero. Esta decisión se produce en un contexto de creciente oposición a los programas DEI, especialmente tras el fallo del Tribunal Supremo en 2023 sobre las admisiones universitarias basadas en la raza.
Un cambio significativo en la política federal
La orden ejecutiva representa un cambio histórico en la política federal al derogar la Orden Ejecutiva #11246 firmada por el presidente Lyndon B. Johnson en 1965, que estableció la acción afirmativa en la contratación y empleo del gobierno federal. La nueva directriz, titulada “Terminando la Discriminación Ilegal y Restaurando Oportunidades Basadas en el Mérito”, prohíbe explícitamente la discriminación racial en contratos federales y universidades financiadas con fondos públicos.
Este movimiento cumple una promesa clave de campaña del presidente Trump y marca un regreso a prácticas neutrales respecto a la raza, con un renovado enfoque en la meritocracia. La secretaria de prensa de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, calificó esta acción como una “victoria para estadounidenses de todas las razas, religiones y credos”, subrayando que el objetivo es contratar individuos basándose en sus habilidades y calificaciones, no en su color de piel.
Desmantelamiento de programas DEI
La orden no solo revoca la acción afirmativa, sino que también declara ilegales los programas DEI, instando a las corporaciones y universidades financiadas por el gobierno federal a eliminar cualquier forma de preferencias raciales o de género. La administración argumenta que estas iniciativas han perpetuado la discriminación al priorizar características inmutables sobre el mérito individual.
“El presidente Trump se comprometió a acabar con el flagelo de DEI en nuestro gobierno federal y devolver a Estados Unidos a una sociedad basada en el mérito donde las personas son contratadas por sus habilidades, no por el color de su piel”, afirmó Leavitt.
Impacto inmediato sobre empleados y programas
Además, se ha emitido un memorándum desde la Oficina de Gestión del Personal (OPM) que instruye a las agencias federales a colocar a todos los empleados de DEI en licencia paga y desmantelar sus oficinas para finales de enero. Las agencias deben cancelar capacitaciones sobre diversidad, terminar contratos relacionados con DEI y eliminar toda comunicación externa vinculada a estos programas.
El memorándum advierte también sobre “consecuencias adversas” para aquellos empleados que no informen intentos de disfrazar los programas DEI utilizando “lenguaje codificado o impreciso”. Para el 31 de enero, las agencias deberán presentar planes escritos para reducir su personal dedicado a DEI.
Cambio cultural hacia una mayor meritocracia
Las acciones del presidente Trump se producen en medio de un creciente rechazo conservador hacia los programas DEI, impulsado tras el fallo del Tribunal Supremo en Students for Fair Admissions v. Harvard, que anuló las admisiones universitarias basadas en criterios raciales. Este fallo ha fortalecido las críticas hacia estos programas por considerar que violan leyes anti-discriminación al favorecer ciertos grupos raciales o de género.
A lo largo de los últimos meses, importantes corporaciones como McDonald’s, Meta y Ford han reducido sus iniciativas DEI, reflejando un cambio cultural más amplio hacia prácticas basadas en el mérito. Los conservadores han sostenido durante mucho tiempo que estos programas fomentan divisiones al asignar culpas a ciertos grupos en lugar de promover logros individuales.
Un futuro centrado en el mérito
La decisión del gobierno Trump para poner fin a la acción afirmativa y desmantelar los programas DEI representa un paso significativo hacia la restauración de una meritocracia dentro de las instituciones estadounidenses. Al priorizar habilidades y calificaciones sobre raza y género, se busca crear un sistema más justo y equitativo que beneficie a todos los ciudadanos estadounidenses.
Aunque aún es incierto cuál será el impacto a largo plazo de estas reformas, ya han suscitado un debate nacional sobre el papel de la raza en los procesos de contratación y educación. Para muchos observadores, esto podría marcar el inicio de una nueva era donde el mérito sea considerado como fundamento principal para acceder a oportunidades laborales y educativas.
Fuentes utilizadas para este artículo incluyen:
HalTurnerRadioShow.com
NationalReview.com
TheAmericanConservative.com
NYPost.com