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La politóloga Gloria Álvarez desmonta el populismo en apenas tres minutos

La politóloga Gloria Álvarez desmonta el populismo en apenas tres minutos

domingo 12 de abril de 2020, 14:40h

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Conocimos a Gloria Álvarez allá por 2014, cuando la guatemalteca se hizo viral en Internet con un discurso en el que desmontó los argumentos del populismo comunista. Unos meses después, Podemos entraba en las instituciones europeas por primera vez con cinco eurodiputados. Hoy es uno de los pilares del primer Gobierno de coalición en España junto a los socialistas encabezados por Pedro Sánchez.

Al final de este artículo os dejamos el vídeo en el que, en apenas tres minutos, Álvarez desmonta los trucos que utiliza el populismo. Sin embargo, no podíamos dejar pasar la ocasión para recuperar esa intervención íntegra de la ahora presentadora de radio y televisión en el Parlamento Iberoamericano de la Juventud celebrado en Zaragoza, donde advirtió que los autoproclamados "salvadores" utilizan la desesperación de la población "para ofrecerle una solución rápida a sus problemas y, en lugar de invitar a la reconciliación, aviva la lucha de clases".

Este es el discurso completo que pronunció Álvarez:

«Queridos amigos y compañeros latinoamericanos:

Creo que los retos que se nos vienen en este primer Parlamento Iberoamericano son bastante grandes y la propuesta que yo quiero hacer es, retomando la cátedra que nos acaba de dar el Doctor Florentino, es que desmantelemos el populismo a través de la tecnología.

Y les voy a explicar por qué.

Ya el debate de izquierdas y derechas, de hecho, es más utilizado por los populistas que por las personas que estamos tratando de rescatar las instituciones.

El populismo (platicando con las personas que hemos platicado y compartiendo lo que hemos compartido) de lo primero que se encarga es de desmantelar instituciones poco a poco; de reescribir constituciones, para poderlas acomodar a los antojos de los diferentes líderes corruptos que tenemos en Latinoamérica.

El populismo, sin embargo, no ha llegado ahí por pura casualidad, y también es parte nuestra no solo denunciar las atrocidades que el populismo comete contra nuestras instituciones sino también reconocer el pésimo trabajo de los sistemas gubernamentales, que precedieron y que llevaron a la absoluta crisis a las personas y a las poblaciones que en desesperación recurrieron a estos líderes, a veces por vías democráticas, y que, por lo mismo, justifican su permanencia en el poder.

Por eso mismo creo que la batalla entre izquierdas y derechas las personas que estamos en contra del populismo debemos hablar del populismo versus república. Porque es la república la que realmente garantiza la institucionalidad del Estado.

Desde los tiempos ancestrales de los griegos, filósofos como Sócrates y Aristóteles, vieron los defectos de la democracia.

¿Y por qué los vieron? Porque hay tres derechos fundamentales inalienables a cada uno de nosotros. Nuestra vida, a través de la cual podemos ejercer nuestros proyectos; nuestra libertad, a través de la cual nos podemos expresar, podemos comerciar, podemos trabajar, podemos movilizarnos, acogernos a la creencia que sea de nuestra preferencia y poder expresar así nuestros sistemas políticos y lo que buscamos de un gobierno; y por último, nuestra propiedad privada. Y nuestra propiedad empieza por nuestro cuerpo, por nuestra integridad física. Nuestra propiedad es el cúmulo de todas las cosas desde el día que nacemos hasta el día que morimos que nosotros podemos logar.

Estos derechos, sin embargo, pueden existir en cada uno de nosotros sin impedir esos mismos derechos en alguien más.

Ahora, ¿qué pasa con otros derechos? Como por ejemplo: derecho a la salud, a la educación, a la vestimenta y a una serie de derechos que han sido exigidos por poblaciones en cada uno de nuestros países y que no han sido atendidos.

El problema con esos derechos, y que los griegos lo reconocieron desde entonces, es que necesitan una renuncia previa del derecho de propiedad de alguien más para poder ser otorgados, y ahí es donde nuestros gobiernos han fallado.

Porque si bien hablamos de que todas las poblaciones tienen derecho a estas cosas, nunca queda estipulado quién debe renunciar a ciertos derechos para otorgar esos otros. Y de ese malestar es que nuestras poblaciones han decidido recurrir a los regímenes totalitarios y populistas que hoy vemos.

Independientemente de nuestras ideologías políticas, seamos liberales o seamos socialdemócratas, debemos reconocer que ese es un debate que la región debe tomar. Si vamos a dar derechos, de dónde los vamos a sacar y con qué recursos se van a pagar.

Porque, si eso no queda establecido, nuestras poblaciones van a seguir interminablemente viendo en estos líderes la respuesta y la solución.

Me gustaría retomar lo que dijo el señor Florentino acerca de su definición de populismo, cuando el dijo que es el atajo por el cual jugamos con las pasiones, ilusiones e ideales de la gente para prometer lo que es imposible, aprovechándose de la miseria de la gente, dejando fuera, absolutamente, toda la razón y la lógica en la toma de decisiones; juega con la necesidad para sencillamente imponer una dictadura; juega con la necesidad de nuestros pueblos.

Y eso fue algo que los griegos previeron desde que dijeron: hay tres tipos de gobierno. O te gobierna uno, que se llama monarquía y que puede degenerar en dictadura; o te gobierna un grupo que se llama aristocracia y que se degenera en una oligarquía, y eso lo conocemos nosotros en Latinoamérica, porque nuestras aristocracias y nuestras élites se degeneraron en oligarquías. O tenés una democracia donde todos gobiernan, que se degenera en una demagogia que es algo que nosotros también conocemos.

Cuando los griegos vieron estas tres formas de gobierno, se dieron cuenta que la república era la respuesta, porque la república daba estas tres institucionalidades. El monarca en la forma del presidente, la aristocracia en la forma de un parlamento y la democracia como el vehículo y la vía de comunicación.

Es por eso que la república anula los vicios de una de las tres formas de gobierno para agrupar los tres y formar la institucionalidad que el populismo hoy está destruyendo.

Por eso el llamado que yo quiero proponerles es que desmantelenos el populismo a través de la tecnología.

¿Y porqué a través de la tecnología? Porque hoy mismo hablamos de que los cambios que están surgiendo en nuestros países y que están surgiendo con la tecnología no van acompañados de la educación necesaria.

¿Y qué pasa si yo empiezo a recibir nuevos insumos, nuevas formas tecnológicas de comunicarme con el mundo pero al mismo tiempo no me educo, no tengo prioridades claras?

Y por eso en nuestros Parlamentos ya no se intercambian ideas; ya la razón y la lógica han perdido la importancia que deberían de tener; ya no hay un respeto por el argumento, por dejar afuera las falacias. Y nuestros líderes populistas anulan toda la razón y toda la lógica de su argumento levantando pasiones.

Y nosotros también tenemos que levantar una pasión; una pasión por la educación; una pasión por el intercambio de ideas; una pasión por el conocimiento, por querer ser personas e individuos empoderados.

Porque la otra cosa que hace el populismo es que les anula la dignidad a las personas. Hace sentir que la persona no es capaz ni digna de gobernar su propia vida y que necesita de un líder que le maneje absolutamente todo para poder salir adelante.

La definición de Florentino también va acotada a algo que en el movimiento nosotros decimos:

El populismo ama tanto a los pobres que los multiplica; porque lo que busca es esa multiplicación de miseria para seguir recibiendo un voto a través de cualquier objeto material que en ese momento la gente necesita.

¿Cuál es el reto? ¿Cómo hacemos que una población cuya Pirámide de Maslow está en lo más bajo vea en la República la respuesta institucional que necesitan las futuras generaciones para no seguir con esos ciclos de pobreza?

La admiración que hay en países como el mío por el régimen cubano o por el régimen venezolano es absurda. Esa admiración no va guiada por esa razón y ese conocimiento. Muy pocos son los guatemaltecos que por ejemplo reconocen que en Cuba un ingeniero civil prefiere trabajar de taxista. Muy pocos son los guatemaltecos, los centroamericanos, los latinoamericanos en general, que ven en el régimen chavista las atrocidades y las violaciones a los derechos que se están cometiendo, porque todo lo que pueden ver es allá hay educación gratis, allá hay salud gratis.

¡Nada es gratis! Todo viene pagado de algo, y cuando no hay institucionalidad es cuando empieza la corrupción, y cuando empieza entonces todo un sistema que va degenerando esas virtudes.

En el caso de Guatemala tenemos elecciones el próximo año y desgraciadamente las tres personas que probablemente van a llegar a la presidencia, los tres candidatos que mejor se perfilan van por la vía populista, sean de izquierda o sean de derecha. Porque otra cosa que tenemos que reconocer es que el populismo se ha impregnado en todas las ideologías.

El mecanismo que los populistas usan es seguir con ese discurso: "Tú estás mal porque alguien está bien". Y nosotros lo que tenemos que rescatar es que todos podemos estar bien; que el hecho de que una persona acumule riqueza no le impide a otra acumularla. Pero para eso se necesitan instituciones, se necesita seguridad jurídica, se necesita un estado de derecho, y sobre todo rescatar en nuestros parlamentos el respeto y la admiración por el debate de ideas con argumento razón y lógica.

Pero una población que no tiene educación no va a exigir de sus políticos un debate con lógica y con razón y con argumentos y va ha ser manipulada fácilmente a través de las pasiones.

Las herramientas que nos proporciona la era del conocimiento son la clave.

Utilizar las redes sociales, la tecnología y la facilidad de comunicación que tenemos con tan solo un clic, entre todo nuestro continente, donde compartimos idioma, compartimos cultura, compartamos ahora un intercambio de ideas para llevar y empezar a desmantelar el populismo como lo que es: una postergación de la pobreza, de la ignorancia y de mantener a los pueblos sometidos bajo la ilusión de que solo los bienes materiales son lo que importan a la hora de votar.

Es por esto, amigos, es que yo les propongo que el día de mañana, cuando firmemos la Declaración de Zaragoza, todos, como líderes latinoamericanos que somos, nos comprometamos a desmantelar el populismo utilizando la tecnología y utilizando como herramienta la República, que es el único sistema que realmente rescata a las instituciones, basados en la razón, en la lógica y en los argumentos, y el intercambio de ideas.

Muchas gracias.»

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