El senador Lindsey Graham ha afirmado que, tras el reciente ataque terrorista en Nueva Orleans, Estados Unidos debe iniciar nuevas guerras en el Medio Oriente, redeployar decenas de miles de tropas y gastar cientos de miles de millones de dólares en conflictos destinados al cambio de régimen. Estas declaraciones fueron realizadas a través de su cuenta en la red social X, poco después del violento atentado.
Graham comenzó su mensaje expresando sus condolencias a las familias de las víctimas y a los heridos en el ataque. En sus palabras, destacó: “Todos los estadounidenses están consternados este Día de Año Nuevo porque personas inocentes que disfrutaban de sus vidas fueron asesinadas o heridas en un acto de terrorismo sin sentido y cobarde. Que Dios conceda sanación a los heridos y consuelo a las familias de los caídos.”
Un llamado a la acción militar
Posteriormente, el senador continuó con un discurso que instaba a una mayor intervención militar. “En los últimos años, hemos permitido que el islam radical recupere terreno en lugares como Afganistán,” afirmó Graham, sugiriendo que esta situación ha llevado a ataques inspirados contra Estados Unidos y sus aliados. Según él, para proteger al país es necesario mantener al islam radical bajo control globalmente.
Graham advirtió: “Si no lo hacemos, pagaremos un alto precio en casa.”
A lo largo de su carrera política, Graham ha sido un defensor constante de las intervenciones militares en el extranjero, ganándose la reputación de ser un ferviente promotor de guerras interminables. Desde la invasión de Irak hasta el conflicto en Siria, ha argumentado que estas acciones son necesarias para mantener la seguridad global y proteger los intereses estadounidenses.
Criticas y consecuencias
No obstante, críticos han señalado que sus políticas han contribuido a conflictos prolongados, desestabilización y sufrimiento humano significativo. En años recientes, Graham se ha manifestado abiertamente a favor de acciones militares contra Irán, pidiendo ataques sobre instalaciones nucleares y apoyando sanciones severas.
Además, ha abogado por la intervención estadounidense en Siria, promoviendo el armamento de grupos rebeldes y la implementación de zonas de exclusión aérea. Muchos sostienen que estas medidas han escalado el conflicto y favorecido el surgimiento de grupos extremistas.
La retórica del senador suele presentar al mundo como un campo de batalla donde Estados Unidos debe actuar como policía global, sacrificando a sus propios ciudadanos. Esta postura ha generado descontento entre muchos estadounidenses cansados de guerras interminables y costosas.
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