La reciente muerte de Jorge Lanata, acaecida el 30 de diciembre, ha conmocionado profundamente el ámbito periodístico y cultural en Argentina. A la edad de 64 años, este destacado periodista falleció tras una prolongada estancia en terapia intensiva en el Hospital Italiano. Su legado profesional es incuestionable, y su estilo de vida reflejaba un carácter único que lo distinguía.
En el corazón del barrio porteño de Retiro se erige el Palacio Estrugamou, un edificio histórico de estilo Beaux Arts que sirvió como hogar para Lanata. Este emblemático inmueble, inaugurado en 1924, es considerado una joya arquitectónica que ha albergado a personalidades notables como Carlos Gardel. En este espacio, Lanata no solo encontró su residencia, sino también un entorno adaptado a sus necesidades tanto personales como laborales, evidenciando su aprecio por la estética clásica y su prolífica carrera.
Un hogar con historia
El departamento que ocupaba Lanata en el Palacio Estrugamou era un reflejo de su vida multifacética. Decorado con una combinación de elementos modernos y clásicos, el espacio contaba con una extensa biblioteca que evidenciaba su pasión por la lectura, además de obras de arte que adornaban el ambiente.
Durante la pandemia, el periodista adaptó parte de su hogar para crear un pequeño estudio de radio. Desde allí continuó trabajando a pesar de los problemas de salud que lo acompañaron en sus últimos años. En su residencia, había instalado un “mini Fleni”, equipado con dispositivos médicos que le permitían atender su delicada situación sin renunciar a la comodidad del hogar. Este aspecto, aunque excepcional, subrayaba su constante preocupación por mantener su bienestar físico mientras proseguía con sus actividades profesionales.
La convivencia con Elba Marcovecchio
Un aspecto notable de su vida en el Palacio Estrugamou fue la disposición familiar. Jorge Lanata y su esposa, la abogada Elba Marcovecchio, residían en departamentos separados dentro del mismo edificio. Esta decisión les permitió disfrutar de independencia mientras mantenían una relación cercana.
“Duermo casi todos los días con Jorge, y los fines de semana siempre. Es una buena opción, especialmente cuando tienes hijos adolescentes. Lo lindo es que estamos todo el tiempo juntos, pero cada uno tiene también sus espacios”, compartió Marcovecchio en una entrevista.