Un reciente informe oficial del Reino Unido ha revelado un aumento alarmante en las muertes entre las personas vacunadas con vacunas de ARNm contra la COVID-19. Según los datos, la población vacunada representó el 95% de todas las muertes por COVID-19 entre enero y mayo de 2023. A pesar de que el 30% de la población británica permanece sin vacunar, los individuos vacunados han sufrido desproporcionadamente.
Este fenómeno no es exclusivo del Reino Unido; se están reportando aumentos similares en las tasas de mortalidad a nivel global, incluyendo países como Filipinas y Estados Unidos. La situación ha llevado a muchos a cuestionar la efectividad y seguridad de estas vacunas.
Datos preocupantes sobre la mortalidad en poblaciones vacunadas
La Agencia de Seguridad Sanitaria del Reino Unido (UKHSA) indicó que hasta julio de 2022, más de 18.9 millones de personas habían rechazado la primera dosis de la vacuna contra la COVID-19, mientras que otros 21.5 millones se negaron a recibir la segunda dosis. Además, una parte significativa de quienes recibieron la primera dosis también optaron por no continuar con el esquema completo, ya que 2.6 millones rechazaron la segunda inyección y 30.4 millones decidieron no recibir la tercera.
Los datos publicados por la Oficina Nacional de Estadísticas del Reino Unido (ONS) en el conjunto de datos «Muertes por estado de vacunación» son contundentes: entre julio de 2021 y mayo de 2023, se registraron 965,609 muertes entre los vacunados frente a solo 60,903 muertes entre los no vacunados. Esta disparidad plantea serias interrogantes sobre las políticas que promovieron estas vacunas.
Aumento global en muertes entre vacunados
No se trata de un caso aislado; informes provenientes de otras naciones también destacan incrementos en las muertes entre los vacunados. En Filipinas, legisladores han comenzado investigaciones exhaustivas sobre estos fallecimientos, una acción notable ante la falta de respuesta global ante situaciones similares.
En Estados Unidos, un estudio revisado por pares analizó datos de una población casi completamente vacunada en el condado de King, Washington, revelando un alarmante aumento del 1,236% en muertes por paro cardíaco excesivas entre quienes recibieron inyecciones de ARNm contra COVID-19. Este estudio sugiere una clara relación entre las vacunas y tasas sin precedentes de mortalidad.
A pesar de las advertencias emitidas por expertos como el Dr. Peter McCullough sobre los riesgos potenciales asociados con las vacunas contra COVID-19, gobiernos y corporaciones continuaron promoviendo estas inyecciones sin contar con datos suficientes sobre su seguridad a largo plazo.
No obstante, es crucial que tanto gobiernos como empresas asuman responsabilidad por esta crisis sanitaria emergente.
Los datos indican claramente que estas vacunas no solo podrían ser ineficaces sino que también podrían estar contribuyendo a una crisis sanitaria pública sin precedentes. Es imperativo llevar a cabo una investigación independiente y exhaustiva sobre la seguridad de estas vacunas y las políticas que llevaron a su implementación obligatoria.
A medida que esta tragedia continúa desarrollándose, las víctimas y sus familias enfrentan el desafío del impacto devastador causado por lo que muchos consideran un error médico grave.
Fuentes incluyen:
Slaynews.com
ONS.gov.uk
Slaynews.com
La noticia en cifras
Descripción |
Cifras |
Total de muertes entre vacunados (Julio 2021 - Mayo 2023) |
965,609 |
Total de muertes entre no vacunados (Julio 2021 - Mayo 2023) |
60,903 |
Porcentaje de muertes entre vacunados (Enero - Mayo 2023) |
95% |
Población del Reino Unido que se negó a la primera dosis |
18.9 millones |