El conflicto en Ucrania ha generado una notable disminución en los inventarios de armas de Estados Unidos, lo que suscita serias inquietudes sobre la capacidad del país para defenderse ante futuras amenazas. Un estudio realizado por el Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales (CSIS) indica que la reposición de sistemas críticos, como el misil FIM-92 Stinger, podría tardar hasta 18 años, incluso con un aumento acelerado en la producción, que aún requeriría 6.5 años solo para el Stinger.
La alta demanda de proyectiles de 155 mm en Ucrania, que asciende a 143,000 unidades mensuales, junto con otros sistemas críticos como los misiles Javelin, está poniendo a prueba las líneas de suministro de Estados Unidos. Las proyecciones indican que la reposición podría llevar entre seis y siete años o más.
Desafíos en la producción y abastecimiento
El Departamento de Defensa tiene planes para incrementar la producción de proyectiles de 155 mm a 40,000 unidades mensuales para 2025 y está considerando adquisiciones en el extranjero. Sin embargo, estas medidas no resolverán las carencias inmediatas y tomarán años para implementarse efectivamente.
Es imperativo que Estados Unidos priorice la reconstrucción de sus propios arsenales mientras continúa brindando apoyo a Ucrania. La falta de atención a cualquiera de estas áreas podría poner en riesgo tanto la seguridad nacional como la estabilidad global.
La investigación del CSIS revela un panorama preocupante sobre los desafíos que enfrenta el ejército estadounidense al continuar suministrando miles de millones en armamento y municiones a Ucrania. Entre los hallazgos más alarmantes se encuentra el tiempo estimado para reabastecer el sistema portátil de defensa aérea FIM-92 Stinger, del cual se han transferido 1,600 unidades a Ucrania.
Un futuro incierto
Además del Stinger, el estudio analiza otros seis sistemas críticos y concluye que solo uno –el sistema de cohetes de artillería móvil M142 (HIMARS)– podría ser reemplazado dentro de cinco años bajo condiciones óptimas. Para sistemas como la munición de 155 mm y el proyectil guiado Excalibur, la reposición podría extenderse entre seis y siete años o más.
La dependencia excesiva de Ucrania en su artillería durante el conflicto con Rusia acentúa esta problemática. La alta tasa de uso de proyectiles está generando una presión adicional sobre las líneas de suministro estadounidenses. Aunque existen excedentes en municiones más pequeñas y otros recursos, los sistemas críticos como los misiles Javelin enfrentan desafíos similares en su reposición.
A pesar de las acciones tomadas por el Departamento de Defensa para mitigar estas carencias, incluyendo planes para aumentar significativamente la producción, las dificultades persisten debido a los largos tiempos necesarios para manufacturar estos materiales. La industria también ha expresado preocupaciones sobre cómo expandir su capacidad sin una señal clara y sostenida por parte del gobierno.
Prioridades nacionales
Ante esta situación crítica, surge un dilema fundamental: ¿debe Estados Unidos priorizar la ayuda inmediata a Ucrania o concentrarse en restablecer sus propios arsenales? El informe del CSIS enfatiza que descuidar cualquiera de estas prioridades puede resultar perjudicial. Es esencial que el país actúe con celeridad para fortalecer su base industrial y asegurar que su ejército esté preparado para enfrentar cualquier amenaza futura.
Las implicaciones son significativas y el tiempo apremia. La seguridad nacional estadounidense depende directamente de su capacidad para reabastecer sus existencias armamentistas y mantener su ventaja militar. La cuestión no es si puede permitirse actuar; es si puede darse el lujo de no hacerlo.
La noticia en cifras
Descripción |
Cifra |
Tiempo para reponer el misil Stinger |
18 años |
Tiempo acelerado para reponer el Stinger |
6.5 años |
Uso mensual de proyectiles de 155 mm en Ucrania |
143,000 rondas |
Producción planificada de proyectiles de 155 mm por mes para 2025 |
40,000 rondas |