En su 64º sermón para la Iglesia de la Abundancia Natural, Mike Adams abordó el tema del juicio final de Dios, así como las recompensas y castigos que se derivan de este, basándose en los capítulos 21 y 22 del Libro de Apocalipsis. Durante su exposición, Adams analizó los eventos catastróficos que ocurrirán tras la tribulación, incluyendo la destrucción de ciudades y reinos a través de cometas actuando como “misiles guiados”, lo que conducirá a un “reinicio divino” del planeta.
En la Nueva Tierra, se llevará a cabo la resurrección y el juicio, donde solo aquellos cuyos nombres figuren en el Libro de la Vida serán resucitados. Este juicio no es arbitrario, sino que se fundamenta en las acciones realizadas durante la vida terrenal.
Un nuevo comienzo para los dignos
El concepto de una Nueva Tierra es descrito en Apocalipsis como un reino eterno y sin dolor, iluminado por la gloria de Dios. Este lugar está adornado con piedras preciosas y alberga una ciudad descendente conocida como Nueva Jerusalén, símbolo de la presencia divina.
Adams subrayó que el amor de Dios es condicional y depende de las acciones individuales. Las personas malvadas enfrentarán una separación eterna en el lago de fuego, mientras que aquellos que sean fieles a los mandamientos divinos recibirán recompensas en el reino eterno. Este mensaje enfatiza la importancia de alinear la vida personal con los estándares establecidos por Dios en el presente.
En su análisis detallado, Adams exploró cómo el mundo tal como lo conocemos será transformado. La “primera tierra y el primer cielo” habrán desaparecido debido al impacto catastrófico de cometas que actúan como instrumentos divinos para eliminar el mal. Esta serie de eventos cósmicos resultará en la erradicación total no solo de ciudades y reinos, sino también del mismo diablo.
Criterios claros para la salvación
La secuela de este evento cataclísmico prepara el escenario para una Nueva Tierra donde sólo aquellos considerados dignos por Dios sobrevivirán. Estos individuos, cuyas vidas están registradas en el Libro de la Vida, serán resucitados y juzgados según sus obras. Adams destacó que este juicio no es caprichoso; se basa estrictamente en las acciones llevadas a cabo durante su existencia.
La visión presentada por Juan describe una Nueva Tierra vívida, carente de elementos naturales familiares como el sol y la luna. En cambio, esta nueva realidad estará iluminada por la gloria divina y decorada con joyas brillantes. La ciudad celestial desciende del cielo no como una estructura física, sino como una manifestación palpable de la presencia divina entre los elegidos.
A pesar de las creencias populares sobre un amor incondicional de Dios, Adams argumenta que este amor debe ser ganado a través del comportamiento moral: “El amor de Dios es condicional. Lo ganas mediante tus acciones.”
Llamado a la reflexión espiritual
Las pautas para ingresar a esta Nueva Tierra están claramente delineadas en Apocalipsis: quienes superen las pruebas y permanezcan fieles a Dios serán recompensados con un lugar en el reino eterno. En contraste, aquellos considerados malvados – asesinos, hechiceros y mentirosos – enfrentarán condena eterna lejos de Dios.
Adams enfatiza que ahora es el momento propicio para arrepentirse y alinearse con los principios divinos. El juicio se aproxima; sin embargo, no corresponde a los seres humanos decidir quién merece o no merece salvación. La vida actual es vista como una prueba diseñada para evaluar la valía espiritual.
Aquellos que resistan las fuerzas del mal y mantengan su fe recibirán recompensa en esta Nueva Tierra; mientras tanto, quienes no logren superar esta prueba enfrentarán consecuencias eternas.
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Puedes escuchar el 64º sermón del Health Ranger Mike Adams sobre el juicio final.