El presidente saliente de Estados Unidos, Joe Biden, ha afirmado que la caída de Damasco ante una coalición de grupos armados, incluyendo jihadistas de Hayat Tahrir al-Sham (HTS), representa un hito significativo en la historia reciente de Siria.
Biden sostuvo que Washington había debilitado a los partidarios del ex presidente sirio Bashar al-Assad. Durante un discurso ofrecido el pasado domingo, celebró el colapso del régimen de Assad y expresó que Estados Unidos se esforzará por facilitar una transición pacífica del poder en el país.
Un cambio histórico
En sus declaraciones, Biden mencionó: “Después de 13 años de guerra civil en Siria y más de medio siglo de brutal régimen autoritario bajo Bashar al-Assad y su padre, las fuerzas rebeldes han obligado a Assad a renunciar y abandonar el país... Finalmente, el régimen de Assad ha caído”.
La caída del líder sirio fue calificada por Biden como un “acto fundamental de justicia”, aunque también advirtió sobre el “momento de riesgo e incertidumbre” que enfrenta el país tras la toma del control por parte de fuerzas islamistas respaldadas por la OTAN.
Oportunidades y riesgos
“Este es un momento histórico para que el sufrido pueblo sirio construya un futuro mejor para su orgullosa nación”, afirmó. “Sin embargo, también es un momento lleno de riesgos e incertidumbres. Al abordar lo que viene a continuación, Estados Unidos trabajará con nuestros socios y partes interesadas en Siria para ayudarles a aprovechar esta oportunidad y gestionar los riesgos”.
A pesar de los vínculos del líder del grupo rebelde Hayat Tahrir al-Sham con ISIS y Al-Qaeda, Biden aseguró que no se permitirá que ISIS aproveche el vacío de poder en Siria para recuperar terreno. “Somos conscientes de que ISIS intentará aprovechar este nuevo vacío para restablecer su capacidad y crear un refugio seguro. No permitiremos que eso suceda”, enfatizó Biden.
Acciones militares recientes
Biden añadió que las fuerzas estadounidenses llevaron a cabo una docena de ataques aéreos precisos en Siria el domingo, dirigidos contra campamentos y operativos de ISIS. La rápida huida del depuesto presidente Assad se produjo cuando grupos terroristas tomaron control de Damasco; informes indican que él y su familia lograron llegar a Moscú donde han recibido asilo.
La caída del régimen sirio marca un punto culminante en la guerra civil iniciada en 2011, provocada por protestas antigubernamentales surgidas tras la llamada "Primavera Árabe" en países vecinos. Este cambio también se alinea con los planes estratégicos más amplios de Estados Unidos en la región.