Los desafíos de virus y bacterias en la civilización moderna
No importa cuán avanzada esté nuestra civilización; los virus y las bacterias, formas primitivas de vida con las que coexistimos desde hace milenios, continúan representando un desafío tanto a nivel individual como social. Fernando Valladares, investigador del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), ha publicado el libro Las pandemias, donde subraya el papel protector de la biodiversidad frente a futuras infecciones globales y examina nuestra relación con los microorganismos desde dos perspectivas: como causantes de enfermedades graves y como elementos esenciales para la salud de los ecosistemas.
La pandemia de covid-19 ha marcado un hito en el siglo XXI, y todo indica que no será la última. “Nos guste o no, la convivencia con los microbios es un hecho prolongado, y sería prudente aceptar que podrían ser cruciales para integrar nuestra civilización dentro de los límites naturales del planeta”, sostiene Valladares.
La necesidad de enfoques ecológicos en la investigación
Los virus y las bacterias siguen desafiando nuestra biología y ciencia. Por ello, Valladares enfatiza la urgencia de adoptar enfoques ecológicos y evolutivos en la investigación sobre pandemias y su modelización. “El enfoque habitual se centra en contener y controlar las enfermedades una vez que surgen, así como en desarrollar vacunas y tratamientos. Sin embargo, la estrategia más efectiva es rodearnos de ecosistemas saludables, funcionales y ricos en especies”, argumenta el investigador. La mejor vacuna preventiva es una naturaleza bien conservada, algo que a menudo olvidamos o preferimos ignorar.
Valladares propone una revisión exhaustiva del pasado para entender mejor lo que enfrentamos hoy. Las pandemias han sido motores de cambio en nuestra historia, impulsando desarrollos sociales y tecnológicos significativos. Por ejemplo, la pandemia justiniana del siglo VI contribuyó al colapso del Imperio Romano y al surgimiento de nuevas estructuras sociales. Asimismo, las epidemias de peste dieron origen a la salud pública moderna.
Transiciones epidemiológicas a lo largo de la historia
A medida que reconstruimos nuestra relación con las enfermedades infecciosas, se identifican tres transiciones clave. La primera ocurrió durante el Neolítico con la domesticación de plantas y animales, lo que trajo consigo un aumento demográfico pero también un incremento en las enfermedades. La segunda transición se produjo entre los siglos XIX y XX gracias a mejoras en higiene urbana y avances médicos como vacunas y antibióticos.
La tercera transición refleja una erosión del crecimiento demográfico debido al aumento de enfermedades metabólicas y resistencia a antibióticos. “Estamos ante una salud amenazada por una creciente lista de patógenos que interrumpen nuestro progreso”, advierte Valladares.
Causas subyacentes de las pandemias modernas
En relación con covid-19, Valladares señala que las pandemias emergen porque nuestro planeta está sobrepoblado, sobreexplotado y sobreconectado. “Cuando un patógeno logra establecerse en un humano, tiene acceso a 8 mil millones de personas susceptibles”, comenta el experto.
Aproximadamente 1.7 millones de virus aún desconocidos habitan mamíferos y aves; se estima que alrededor de la mitad podría infectar a humanos. Valladares sostiene que el paso de estos virus hacia los humanos está impulsado por actividades que deterioran ecosistemas: deforestación, expansión agrícola e intensificación ganadera.
Inmunidad paisajística como estrategia preventiva
Para prevenir el impacto negativo de los virus patógenos, Valladares aboga por alcanzar lo que denomina "inmunidad paisajística", relacionada con conservar ecosistemas funcionales ricos en biodiversidad. “Ecosistemas complejos regulan demográficamente especies peligrosas portadoras de patógenos compatibles con humanos”, explica el autor.
Además, resalta cómo la diversidad genética dentro de una especie puede amortiguar el impacto epidémico. Durante la pandemia se evidenció que no hubo dos personas afectadas por covid-19 igual; esta variabilidad genética fue vital para mitigar sus efectos severos.
Lecciones del mundo natural
Valladares destaca la importancia del aprendizaje continuo frente a estas amenazas biológicas. Los murciélagos son ejemplos valiosos debido a su capacidad para coexistir con diversos patógenos sin mostrar síntomas significativos. “Estos mamíferos voladores han convivido con virus durante más tiempo del que hemos estado expuestos nosotros”, aclara el autor.
A pesar de ser hospedadores potenciales para muchos virus mortales, su longevidad sorprende: algunos pueden vivir hasta 40 años. Esta longevidad les permite desarrollar mecanismos eficaces para controlar procesos inflamatorios asociados a infecciones virales.
Un enfoque integral hacia futuras pandemias
Aunque predecir dónde o cuándo surgirá una nueva pandemia es complicado, el crecimiento poblacional humano crea oportunidades constantes para propagación viral. Por ello, Valladares enfatiza la necesidad urgente de enfocarse más en prevenir el salto inicial entre especies que en detener su difusión posterior.
No se puede abordar completamente una infección global sin considerar factores sociales como pobreza o acceso a educación. “Es fundamental atender estos aspectos si queremos construir poblaciones más resistentes ante futuras crisis sanitarias”, concluye Valladares.
Finalmente, lanza un mensaje esperanzador: mediante investigación multidisciplinaria e inversión sostenida es posible reducir el impacto futuro de pandemias aún por venir.
Sobre Fernando Valladares
Fernando Valladares, doctor en Biología e investigador del CSIC, es profesor de Ecología en la Universidad Rey Juan Carlos. Reconocido por sus investigaciones sobre biodiversidad e impactos ambientales, ha publicado más de 300 artículos científicos. Su compromiso ecosocial le ha valido varios premios destacados. Su labor divulgativa incluye títulos como La salud planetaria (2022).
Preguntas sobre la noticia
¿Cuál es el mensaje principal de Fernando Valladares sobre los virus y las bacterias?
Fernando Valladares destaca que, a pesar del avance tecnológico de la civilización, los virus y las bacterias siguen desafiando nuestra biología y ciencia. Subraya la necesidad de desarrollar enfoques ecológicos y evolutivos en la investigación de pandemias.
¿Qué propone Valladares para prevenir futuras pandemias?
Valladares sugiere que la mejor estrategia para prevenir pandemias es mantener ecosistemas saludables y ricos en biodiversidad, ya que esto actúa como una vacuna natural contra la propagación de patógenos.
¿Cómo ha influido la historia en nuestra relación con las pandemias?
El autor menciona que las pandemias han sido un motor de cambio en la historia humana, impulsando desarrollos sociales y tecnológicos significativos a lo largo del tiempo.
¿Qué papel juega la biodiversidad en la salud humana según Valladares?
La biodiversidad actúa como un regulador demográfico de especies peligrosas y puede ayudar a diluir el riesgo de transmisión de patógenos a los humanos, lo que resalta su importancia para la salud pública.
¿Qué lecciones se pueden aprender de los murciélagos respecto a los virus?
Los murciélagos son considerados buenos modelos debido a su capacidad para coexistir con numerosos virus sin mostrar síntomas graves, lo que sugiere mecanismos inmunológicos avanzados que podrían ser estudiados para entender mejor las enfermedades infecciosas.
¿Cuáles son los factores sociales que influyen en la propagación de enfermedades?
Valladares enfatiza que factores como la pobreza, el acceso a vivienda, educación y empleo son determinantes clave en la salud poblacional y afectan su resistencia o vulnerabilidad a infecciones.