El reciente informe del Subcomité Selecto sobre la Pandemia de Coronavirus valida todas las teorías de conspiración relacionadas con el COVID-19, según lo expuesto por Joe Rogan en su podcast. Durante su programa, Rogan argumentó que este documento revela cómo agencias federales y medios de comunicación promovieron información errónea y ciencia falsa, lo que resultó en consecuencias sociales desastrosas.
“La Cámara de Representantes publicó un informe de quinientas páginas sobre la pandemia”, comentó Rogan. “Básicamente afirmaron que todos los teóricos de la conspiración tenían razón. Cada uno de ellos. Sin repercusiones… sin disculpas. Ninguna de esas cosas…”
“Hallazgos clave: el COVID-19 probablemente se originó a partir de un incidente relacionado con un laboratorio en Wuhan, China. ¡Increíble! Te prohibieron en YouTube por decir eso—¡prohibido!” añadió el presentador.
Consecuencias del Informe
“Más de 200 mil millones en fondos de ayuda se perdieron debido al fraude, con criminales aprovechándose de una supervisión débil,” continuó Rogan. “Los prolongados confinamientos y mandatos arbitrarios causaron daños severos, devastación económica y crisis de salud mental, además de una pérdida histórica en el aprendizaje, todo ello sin un respaldo científico robusto.”
“Las políticas ignoraron la inmunidad natural, promoviendo mandatos que erosionaron la confianza y perjudicaron la percepción pública sobre la ciencia. Absolutamente,” afirmó Rogan.
“La OMS y los CDC fueron comprometidos por interferencias políticas, ofreciendo orientaciones inconsistentes y no científicas que alimentaron la desconfianza pública; los actores clave incluyeron agencias federales y la administración Cuomo, que obstruyó activamente los esfuerzos de supervisión y ocultó evidencia crítica.”
Un Llamado a la Reflexión
“El Subcomité Selecto sobre la Pandemia de Coronavirus básicamente dijo que todos los teóricos de la conspiración estaban correctos. Cada uno de ellos. Sin repercusiones ni retractaciones. Sin disculpas por parte de Rachel Maddow. Ninguna.”
El informe plantea profundas interrogantes sobre la rendición de cuentas y la transparencia, instando a la sociedad a confrontar los sistemas que permitieron que la desinformación promovida por las élites globales fuera aceptada sin cuestionamiento por las masas.
Las consecuencias derivadas de estas acciones—la erosión de la confianza pública, una división social generalizada y el daño incalculable a individuos y comunidades—exigen un examen crítico.
A medida que surgen más evidencias contundentes, se hace cada vez más evidente la necesidad de responsabilizar a líderes, instituciones y medios de comunicación por sus acciones.
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