Un estudio reciente ha encontrado que el uso problemático de teléfonos inteligentes entre los adolescentes tiene una correlación positiva con la ansiedad y la depresión, lo que significa que cuando uno aumenta, el otro aumenta.
"El uso problemático de teléfonos inteligentes se asoció con ansiedad y depresión, independientemente del tiempo frente a la pantalla", dijo el estudio en la sección 'Conclusión'.
El uso problemático de teléfonos inteligentes se define como el uso que se caracteriza como un comportamiento adictivo. "El uso problemático de los teléfonos inteligentes incluye la pérdida de control de la cantidad de tiempo que se pasa usando el teléfono inteligente, sentimientos de angustia cuando se le niega el acceso a un teléfono inteligente, el uso continuo a pesar de las consecuencias negativas y la necesidad de períodos de uso cada vez más largos para la satisfacción", dijo el estudio en la sección 'Introducción'.
Casi 1 de cada 5 adolescentes mayores reportó un uso problemático de teléfonos inteligentes y casi 2 de cada 3 informaron querer reducir su uso", dijo el estudio en la sección 'Conclusiones'. Los investigadores analizaron a 657 adolescentes de 16 a 18 años de cinco escuelas del Reino Unido para su estudio.
Curiosamente, mientras que el tiempo frente a la pantalla no tuvo un efecto sobre la ansiedad o la depresión, el uso problemático de teléfonos inteligentes sí lo hizo. "El uso problemático de teléfonos inteligentes tuvo un efecto directo, indirecto y total significativo tanto en la ansiedad como en la depresión", dijo el estudio en la sección 'Resultados'.
Los investigadores discutieron cuántos de los jóvenes eran conscientes de los efectos negativos del uso problemático de teléfonos inteligentes y algunos querían ayuda.