Texto del mensaje publicado en X en la cuenta de Jaime del Burgo el 5 de julio 2024:
"Me reconocerán mis críticos, al menos, el valor. No es fácil enfrentarse a una institución como la corona y a un gobierno. Convertirse en un enemigo a batir. Yo, un simple ciudadano de a pie, y en pie frente al Poder.
Desde que hice pública mi relación con Letizia mi vida se ha complicado. Me la he complicado. Queriendo desvelar. Diciéndole a los españoles de bien, que es una mayoría clara y rotunda: despertemos, nos están engañando, vivimos una ficción de democracia, parece que contamos con instituciones sólidas, y en realidad todo está podrido. No le importamos a nadie. Reyes y políticos miran solo por ellos. Los arrastra la obsesión de perpetuarse.
Sí, el mundo está podrido. Pero como en todo hay niveles de podredumbre y el nuestro no puede ser más abyecto, más hondo, ni más perverso.
Después de cuarenta años de constitución hay que hacer balance. ¿Qué podríamos mejorar? ¿Qué ha fallado? ¿Es normal la falta de austeridad de reyes y gobernantes? ¿Que no haya límite temporal al ejercicio del poder? ¿Que la hacienda se haya vuelto confiscatoria? ¿No son salarios misérrimos los de la mayoría? ¿Es posible que el poder judicial no sea independiente? ¿Qué los parlamentos dicten leyes y normas asfixiantes que regulan prácticamente todo, si no todo? ¿Que no seamos consultados jamás en referéndum como si fuéramos ovejas, vacas, cabras..., rebaño? ¿Tenemos obligación de tener un móvil o una cuenta de correo? Hemos perdido el derecho al efectivo, ¿y no pasa nada? ¿Utilizan los poderes las tecnologías en contra de sus ciudadanos, y vamos a seguir permitiéndolo?
Porque he vivido en varios países lo diré muy claro para los que quieran escuchar: España no es un país libre. Y no lo es como consecuencia de una constitución que se hizo precipitadamente para preservar los poderes que en su día recibió Juan Carlos del generalísimo.
Al cabo de cuarenta años toca ver dónde estamos. Y cambiar lo que ya sabemos que no funciona. Y en esta tarea los políticos de uno u otro signo no nos van a ayudar. Al contrario. Porque ellos también forman parte del mismo sistema corrompido desde la raíz.
Lo que yo he presenciado necesito ponerlo en vuestro conocimiento. Para leer y ver hay primero que escribir y rodar. Y esto lleva tiempo para hacerlo bien. Hay que aportar pruebas, no dar un paso en falso, pensar en las consecuencias de cada cada línea, y transmitir con respeto pero sin contemplaciones. Porque nos jugamos la libertad de los que vienen por debajo, para que esta sea plena y no un espejismo. A ellos que están por crecer o nacer, nosotros, cada uno, en cualquier periodo de la edad en que nos toca vivir hoy, debemos legarles algo mejor. Podemos terminar con toda esa podredumbre abyecta, honda y perversa. Convertirnos en un par de años en una sociedad más justa y libre, donde le demos la vuelta a reyes, políticos y gobernantes, y los pongamos a trabajar para nosotros, no en su propio beneficio y desde luego no en contra nuestra.
Yo aguanto y aguantaré. Lo estoy haciendo. Me enfrento a amenazas, calumnias, injurias, juego sucio. Resistiré hasta que vea cumplida mi tarea. No voy a claudicar.
El poder tiene que regresar de una vez, por primera vez, a la ciudadanía. Hay que reformar la constitución. Es el único camino. Luego volverán unos y otros, pero ya no podrán estar más de cuatro años. Tendrán que ser austeros. Las leyes serán refrendadas en referéndum. Los jueces serán independientes. Y mucho más. Les habremos cambiado el paso. Esta vez nos habremos blindado nosotros, no ellos.
Solo una vez he visto el miedo reflejado en la oligarquía poderosa: cuando la gente se le manifestaba allá adonde fueran. La fuerza de miles de personas frente a ellos, en paz, sin proclamas, solo con el silencio.
Sé que la política nos divide y acrecienta odios cainitas. Seamos más inteligentes que ellos. Cambiemos las reglas. Depende de nosotros: del valor de unos pocos y de la dignidad de una mayoría suficiente.
Esta es mi motivación. Mi tierra en el corazón.
Buenas noches".