En el caso de los Grupos Sociales organizados (GSO) lo que hoy llamamos estados, es esa presión de los dirigentes sobre los ciudadanos la que genera en ellos esa sensación que les lleva a luchar cada día por mejorar ellos y sus familias. A construir mejor sus empresas, sus organizaciones municipales o provinciales. Al experimentar esa fuerza que les presiona, puede que no están del todo de acuerdo con lo que hace su gobierno y autoridades o élites, pero aguantan y siguen en ese equilibrio momentáneo. Lo que sí sabemos es que si se vuelve insoportable surgen las revoluciones y la destrucción de esa presión asfixiante. Pero si es demasiado pequeña inmediatamente aparecerán pequeños liderazgos, la Anarquía, y la desaparición de ese gran estado como le sucedió a tantos y tantos pueblos e imperios en la historia de la especie humana. Solo serán un recuerdo a estudiar en las lecciones de historia, en los museos y bibliotecas.
Podemos decir que es esa sentimiento de tensión provocado por la presión ajena la que nos hace movernos a todos en una determinada dirección. Siempre con el fin de aliviarnos cumpliendo lo que la fuerza superior nos exige. Producto de ella las autoridades deportivas deberán ganar títulos para su equipo. Y el entrenador deberá controlar a la plantilla para que rinda y alcance victorias. Estos entrenarán y desearán ser los mejores. Si ejerce presión los padres provocará en los hijos que se esfuercen y se preparen para el futuro. Y si la ejerce el directivo de empresa los trabajadores experimentarán la Tensión que les llevará a que los productos salgan mejor elaborados o la atención a los clientes sea la mejor posible.
La Tensión es la que experimentan todos esos colectivos que reciben la presión y se esfuerzan en la dirección que les empujan. Si no recibieran esa presión, física o psicológica, no se generaría esfuerzo y los éxitos serían inalcanzables.
Pero también es cierto que aún no dominamos nada de esa cantidad o calidad de…Tensión. No sabemos cómo generarla de forma técnica y científica, ni con qué acierto la aplicamos. Solo tenemos, preguntas, preguntas, preguntas. Una cosa sí sabemos, si llega a ser tan excesiva que no se puede asumir, esa relación entre el liderazgo, las élites y los gobernados salta por los aires y no tenemos grupo organizado.
¿No es acaso la tensión en el estómago del León, es decir, la sensación de hambre la que le lleva a correr detrás de la Gacela? ¿Y no es la Tensión hormonal de poseer a la leona en celo la que le lleva a enfrentarse a los brutos de los competidores? ¡pese a lo que muerdan los tíos!…
Esto nos lleva a comprender que todo lo que vemos a nuestro alrededor es una pugna constante entre dos o más fuerzas. Que como ninguna se impone surge una situación ante nosotros, pero que siempre será Relativa, Subjetiva y Circunstancial. Y además, dinámica. Mañana por la mañana ya será un poco diferente.
Si obtenemos este conocimiento, lo comprendemos y lo aplicamos a cualquier situación social, podremos saber en cada instante qué está pasando. Qué fuerzas pugnan en uno u otro sentido. Cuáles son los intereses en juego y cuantas de sus expectativas satisface cada parte que participa en la disputa.
Al analizar cualquier grupo social hemos de estudiar cual es la Tensión necesaria para el mejor equilibrio individual de sus ciudadanos, así como de las empresas y sub-grupos inferiores. ¿Qué cantidad es la adecuada?. ¿Cómo debe ejercerse? ¿Por quién?
Lo que debemos hacer es experimentar, sacar gráficas. Obtener los mayores y mejores conocimientos posibles. Puede que si así lo hacemos comencemos a organizar un grupo social, un estado, con criterios técnicos y vallamos dejando de lado los viejos… Mitos.