OPINIÓN

España se salva del desastre a pesar de la guerra sucia

José Luis Úriz Iglesias | Miércoles 12 de junio de 2024
Pasado ya el 9-J el panorama de Europa parece desolador en especial el centro, salvándose del tsunami de extrema derecha tanto el norte, Finlandia, Suecia y Dinamarca, como la excepción ibérica, España y Portugal.

Francia, Alemania, Austria, Bélgica, Hungría, o Italia, se han rendido con armas y bagajes a una extrema derecha beligerante que amenaza con resquebrajar los cimientos de la UE.

Resulta curioso que al mismo tiempo que mantienen posiciones extremas contra esa emigración, no discrepan de que en los campeonatos europeos que se se están celebrando actualmente en Roma, el color de la piel de muchos de los que ganan las medallas para Italia, Francia, Austria, Alemania, Bélgica, Países Bajos, etc. no sea especialmente blanca.

Tampoco ponen especiales pegas a que quienes cuiden de sus niños o ancianos, o accedan a los duros trabajos que los foráneos rechazan sean igualmente emigrantes.

Vendría bien campañas potentes de concienciación para poner de manifiesto dichas contradicciones, para que en las próximas elecciones de 2029 se llegue con una mayor formación social.

Volviendo a nuestro país y observando el panorama exterior, podemos llegar a la conclusión de que nos hemos salvado al borde del precipicio por el que se han despeñado franceses, alemanes, italianos, austriacos, o belgas.

Mientras que en esos países vemos a las extremas derechas cercanas o superando el 30 % de los votos, aquí apenas llegan al 14 % sumando VOX y su nuevo competidor “Se acabó la fiesta”.

Mientras tanto el socialismo español mantiene el tipo a diferencia del resto con un aceptable 30.2 %, que cualquiera habría firmado hace apenas tres meses, donde se esperaba un descalabro histórico.

Pedro Sánchez lo vuelve a hacer al más puro estilo de su manual de resistencia. Eso con toda la derecha extrema política, mediática, económica y judicial echando el resto para acabar con él, con instrumentos de todo tipo, algunos pasando la delgada línea roja de lo éticamente aceptable.

El PP ha ganado sí, pero lejos de sus expectativas de nuevo y van a tener que esperar tres años que se les van a hacer muy largos para intentarlo de nuevo. Probablemente van a tener numerosas pesadillas con Sánchez de protagonista.

La noticia más negativa viene de sus izquierdas donde el cainismo persistente de Sumar y Podemos les ha vuelto a traer un nuevo revolcón.

Inmediatamente Yolanda Díaz se lo ha hecho ver dimitiendo de su cargo como máxima dirigente de Sumar y quizás si esa reflexión llegara al chalet de Galapagar y el personalismo del personaje que lo habita le permitiera darse cuenta de lo que está pasando les iría mejor. Pero eso parece mucho pedir.

Mención aparte merece el nuevo fenómeno político que irrumpe en estas elecciones. Se acabó la fiesta del peligroso ultra irreverente Luis “Alvise” Pérez debe también hacernos reflexionar.

¿Qué le está ocurriendo a una parte de nuestra sociedad (nada menos que 800.000 votantes le han votado) para que impulsen a personajes de esta calaña?

¿Será que en lugar de más sociólogos lo que realmente necesitamos sean más psiquiatras?

Este 9-J nos ha traído un complejo panorama que habrá que gestionar con inteligencia y habilidad.

La izquierda europea necesita un profundo proceso de reflexión, pero deberá ser rápido para evitar que los extremistas que han llegado destruyan lo construido con tanto esfuerzo.

Nos quedan cinco años hasta las próximas elecciones europeas y a pesar del PP tres para las generales. Aprovechemoslos, trabajemos en la unidad de las izquierdas como en Francia ya plantea Melenchon y evitemos poner más palos en las ruedas,

Veremos.

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